Alto costo dificulta uso de grilletes electrónicos en México

20 de Julio de 2014
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México, 20 Jul 14 (Notimex).- Si bien el uso de grilletes electrónicos está avalado en diversas legislaciones locales y federales para la excarcelación de reos por causas humanitarias, su alto costo ha imposibilitado que la medida se generalice en México.

De acuerdo con el criminólogo del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Daniel Cunjama López, a pesar de que la utilización de grilletes electrónicos puede ayudar a despresurizar las prisiones en México, no es una práctica común.

Además de su uso en la excarcelación de reos enfermos o de avanzada edad, presos por delitos no graves, la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro prevé la colocación hasta por cinco años de grilletes electrónicos a plagiarios que hayan cumplido sus condenas.

Sin embargo, para el maestro en Criminología y Política Criminal del Inacipe, el tema ha generado discusiones, pues si bien la utilización de grilletes “estaba pensado como una alternativa a la prisión”, ello implica “un gasto económico muy fuerte” para quien lo use, que difícilmente lo podrá sufragar.

“Utiliza una tecnología avanzada con sistemas de rastreo satelital, que necesita GPS y prácticamente tienen un costo muy alto, y por ello no ha sido posible instrumentarlo en la práctica en nuestro país”, insistió.

El pasado 26 de mayo, el gobierno de Coahuila liberó a Gustavo Alberto Villa Robledo, de 32 años, a quien colocó un grillete electrónico en su tobillo, tras cuatro años y ocho meses en prisión, con una condena de tres años y dos meses aún por cumplir.

De esta manera, Villa Robledo se convirtió en el primer convicto “no peligroso" de Coahuila en ser liberado con la condición de utilizar un “grillete de monitoreo electrónico”, el cual no podrán quitarse hasta cumplir su condena.

El titular de la Unidad Desconcentrada de Ejecución de Penas y Reinserción del estado, Apolinio Armenta, informó que Gustavo es el primero de 300 condenados “no peligrosos” que serán liberados en el estado mediante la aplicación de “un grillete de monitoreo electrónico”.

Al respecto, Cunjama López señaló que es positiva la utilización de dichos artefactos cuando se usa como medida alternativa de prisión en los casos de primo delincuentes que cometen delitos no graves, pues la cárcel deteriora las condiciones del ser humano por estar privado de la libertad.

“No es lo mismo vivir tu condena en tu casa que en una celda, y si bien el uso del grillete electrónico es una especie de prisión virtual, no es lo mismo dormir en tu cama que en tu camarote del reclusorio”, insistió el también licenciado en Sociología.

Reconoció que la medida puede ser benéfica al aplicarse en ciertos casos, como en ilícitos no graves cometidos por primo delincuentes, como robos menores y delitos patrimoniales de poco monto, y “ahí puede tener beneficios y ayudar a despresurizar las cárceles”.

En ese sentido, Cunjama López informó que del total de la población penitenciaria del país, 80 por ciento de los casos está en prisión por delitos patrimoniales, y de ese total, 60 por ciento por robos de menos de cinco mil pesos.

No obstante, criticó que se utilice en los secuestradores que ya cumplieron su sentencia penal y que al salir de prisión deberán portar por cinco años un “grillete electrónico”, pues ello representa una “sobre criminalización” de esas personas que ya purgaron sus condenas en reclusorios.

“Una vez extinta la pena de una persona y que todavía se le ponga un grillete, eso puede ser una extensión de la pena tal cual, pues la persona ya pagó con tiempo en prisión el mal que cometió, y además de eso será vigilado por el Estado, lo que genera controversia”, argumentó.

El especialista del Inacipe aseveró que ya es un estigma haber estado en prisión, a lo que se suma la presencia de “un artefacto, una prótesis electrónica en nuestro cuerpo; eso ya da aviso visual físico de que estuviste condenado o que estas cumpliendo un rol de estigmatizado”.

“Esto puede tener efectos negativos, principalmente a través del etiquetamiento que se le puede generar a una persona que ya pago el delito de secuestro, lo que representa una sobre criminalización del sujeto”, insistió.

Destacó que además, deben pagar el mantenimiento del aparato, lo que genera un costo que no debería de asumir la persona cuando ya se extinguió la pena por secuestro y representa “una pena pecuniaria adicional al tener que sufragar el brazalete, lo que es una extensión de la punibilidad”.