Mochilas para fotógrafos, indispensables para trabajadores de la lente

06 de Octubre de 2018
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Monterrey, 6 Oct (Notimex).- Escolares, de viaje, deportivas o de trabajo, las mochilas se han convertido un accesorio indispensable para chicos y grandes por su variados diseños y durabilidad, sin embargo, en profesiones como la fotografía su uso es indispensable.

De materiales de mezclilla, de loneta, de cuero, de plástico, con dibujos o de colores, estas prácticas bolsas con tirantes ajustables y broches ya son de uso múltiple y de precio variado según la utilidad que se le dé.

Uno de esos usos es como herramienta de trabajo para los fotógrafos profesionales, quienes, con un diseño especial y mayor protección, llegan a comprarlas hasta en mil 800 pesos al ser ordenadas por internet a tiendas especializadas de Estados Unidos.

Esto significaba para los profesionales de la lente, además de un gasto mayor, una larga espera entre la fecha de su pedido y la llegada del mismo, tiempo que se alargaba más en caso de que el producto no fuera el deseado.

Esta situación provocó que Carlos Arena, un fotógrafo profesional de esta ciudad, decidiera poner en práctica las enseñanzas de su padre que toda su vida fue sastre y empezó a imaginar su mochila ideal para llevar sus cámaras y lentes de trabajo.



“Empecé más que nada para cubrir una necesidad personal y no con la idea de hacer negocio con este oficio que aprendí en la adolescencia, necesitaba una mochila que se ajustara a mis necesidades y a mi gusto y para que fuera a mi gusto tenía que hacerla yo”, recordó.




Dijo que la primera mochila la hizo de un pantalón de mezclilla que ya no usaba y empezó a medir los espacios para sus accesorios de trabajo, uno para el cuerpo de la cámara, otros más para los diferentes lentes, uno más para el flash y las pilas.

“Una vez que quedó a mi gusto, salí a buscar las telas, las correas, los broches, el velcro y todo lo que necesitaba para tener una buena mochila que se ajustara a las necesidades y protegiera mi equipo, que es algo caro”, comentó en entrevista con Notimex.

Su mochila quedó tan bien hecha que sus compañeros fotógrafos empezaron a preguntarle dónde la había comprado y el costo.

Así, empezó a correrse la voz de sus mochilas para fotógrafo y a llegar los pedidos de sus colegas, pues además de mejor precio recibían el artículo deseado en 48 horas y la garantía de reparar cualquier desperfecto que se presentara por el uso.



“Mis mochilas son de tela negra tipo loneta, con bolsas hechas a la medida de los lentes, traen espacio para el flash, el cargador, las pilas y hasta para el celular, se cierran con velcro para abrirse y cerrarse más fácilmente y tienen tirantes gruesos y resistentes, pero de tela suave para no lastimarse el hombro”, indicó.




Refirió que por dentro tienen un recubrimiento plástico acojinado para proteger su herramienta de trabajo y la tela está plastificada por fuera para que no se moje nada ya que los lentes y cámaras profesionales son caros y en esta ciudad la mayoría de los fotógrafos trabajan con equipo propio.

Comentó que también venden las mochilas a colegas de ciudades vecinas que vienen a Monterrey de paso y se las piden con tiempo, “como ya tengo varias piezas de cada parte de la mochila cortada, me la piden y en 48 horas está lista”, agregó.

“Conmigo saben que tienen la garantía de que, si por el paso del tiempo y el uso rudo que se le da a la mochila, se les rompe o descose, o cualquier cosa, yo se las reparo sin costo extra y esto no se puede hacer cuando las compras en una tienda de Estados Unidos, que es donde las comprábamos antes”, mencionó.

“Nunca pensé en hacer un negocio de esto, pero se ha ido corriendo la voz de mis mochilas y algunos compañeros me las piden para enviárselas a fotógrafos conocidos que están fuera del estado y hasta ahorita no ha habido ningún reclamo o queja de mi trabajo”, aseguró.

Carlos Arenas no tiene un local fijo para cocer o vender sus mochilas, sólo cuenta con un espacio en su domicilio donde, en forma personalizada, afina todos los detalles en cada artículo que vende y hasta estar satisfecho lo entrega.

“Yo no tengo máquinas para fabricar mochilas al mayoreo, yo diseño, corto y coso cada una de ellas de acuerdo al gusto y necesidad del cliente y hasta ahorita todos han quedado satisfechos”, declaró.

Ismael Moreno, fotógrafo profesional con más 25 años de experiencia, señaló que las mochilas de su colega son de muy buena calidad “y como están hechas por alguien que sabe para que las necesitamos, están hechas como a la medida, con los espacios necesarios, con tapas abre fácil con velcro, muy bien hechas”.

Afirmó que casi todos los fotógrafos locales usan las mochilas de Chary (como se le conoce) y hasta le han comprado más de una y no porque sean desechables, sino para guardar y proteger todo el equipo que tienen.

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