Viven jóvenes de Nuevo León auge por los tatuajes

10 de Julio de 2017
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Monterrey, 10 Jul (Notimex).- Para recordar a un ser querido, un suceso importante en la vida o sólo por gusto, los tatuajes se han puesto de moda en los últimos años entre los nuevoleoneses, quienes pagan una buena cantidad de dinero por ver en su piel la imagen deseada.

Para quienes realizan este trabajo de pintura en la piel, el tatuar en forma permanente el cuerpo de una persona es todo un arte, porque se requiere de precisar detalles en el caso de los rostros o de plasmar copias idénticas al dibujo que cada cliente elige, en el primer intento.

Porque un mal trazo o una mala combinación de colores, una vez que se pone sobre la piel, no se puede borrar y a veces una corrección no alcanza a disimular un mal trabajo.

Con 15 años dedicados al negocio de los tatuajes, Tatto Maori, cuenta con 5 estudios certificados, ubicados en diferentes áreas del centro de la ciudad y cuenta entre sus clientes distinguidos a algunos futbolistas de los equipos locales Tigres y Monterrey, así como cantantes de rock nacional.

En entrevista para Notimex, Maikol, el joven tatuador y encargado del estudio ubicado en Cuauhtémoc y Padre Mier, en el centro de Monterrey, dijo que al principio fue difícil mantener el negocio porque a la gente no le llamaba mucho la atención ponerse tatuajes, de hecho se decía que solo los pandilleros se los hacían.

Sin embargo, aseguró que últimamente se han puesto mucho de moda, “yo creo que desde hace más o menos tres años, empezó a interesarse más gente en este arte”.



“Yo creo que se debe a que cambió la forma de pensar de la gente por la moda que han impuesto los artistas a nivel mundial, la gente admira a determinado artista y ven que él anda tatuado y buscan seguir su estilo” añadió.




Declaró que en este local es igual el número de hombres y de mujeres que llegan a que les hagan una tatuaje, y entre los más comunes están los que llevan un significado especial para la persona como el rostro o el nombre de un ser querido que falleció.

También llegan parejas a tatuarse símbolos que tienen algún significado para ellos y entre lo que más pide la gente están las cruces, coronas y tribales.

Explicó que los tribales son símbolos que utilizaron mucho los aztecas en sus tiempos para representan a sus Dioses (del agua, del trueno, del fuego), mismo a los que en la actualidad se les han hecho algunos cambios a gusto del cliente y esto cambian su significado original.

Estos dibujos sobre la piel se hacen todos en color negro y son de tamaño grande, más o menos la mitad del cuerpo, o que abarcan todo el pecho, la espalda y un brazo, los cuales tienen un costo de entre cinco y seis mil pesos según la complejidad del mismo y se hacen en varias sesiones.

Maiko aseguró que hacerse un tatuaje no duele, “si acaso se siente un leve ardor en la piel, porque es como si se estuvieran raspando la piel con una aguja, pero es un dolor soportable”.

Los materiales que se usan son tintas vegetales de todos los colores, mismas que son traídas de Estado Unidos por la buena calidad del producto americano.

“Se utiliza material nuevo en cada cliente, de hecho las agujas se les entregan al cliente para que vea que están perfectamente selladas y nuevas, se abren y colocan en el tubo frente al mismo cliente y se desechan al terminar”, precisó Maikol.

Añadió que los tubos donde se coloca la tinta se esterilizan a 200 grados centígrados cada vez que se usan, los guantes se desechan en cada sesión y a veces se utilizan hasta tres pares, porque no se pueden utilizar los mismos guantes para manipular los tubos y tinta y para tocar la piel del cliente.

Dijo que la tinta que se utiliza en cada sesión se separa en pequeñas tapas esterilizadas y se desecha la que sobra de cada cliente ya que al estar cargando la aguja se contamina con la sangre del cliente y ya no se puede utilizar en alguien más.

El encargado del estudio destacó que para trabajar en los tatuajes se necesita de un permiso expedido por la Secretaría de Salud y para obtenerlo deben hacer dos cursos en la Cruz Roja, uno de higiene y uno de micropigmentación.



“Los cursos que se toman tienen una duración de tres meses y te sirven mucho, sobre todo el de la micropigmentación, en lo que haces los cursos, recibes el diploma y te dan el permiso, pueden pasar entre nueve meses y un año” comentó.




Aseguró que esta certificación es muy importante para la tranquilidad del cliente porque no es lo mismo que te tatúe alguien que no está certificado, que sólo lo hace por ganar dinero, sin las medidas de higiene necesarias, a que lo haga alguien que tienen los conocimientos y que checa desde la calibración de las agujas y los tubos hasta la calidad de la tinta.

Dijo que el no conocer todo esto puede darte como resultado un mal trabajo o lastimar la piel.

Una vez que reciben el diploma de la Cruz Roja, lo presentan en la Secretaría de Salud para solicitar el permiso, y antes de dártelo van y checan el lugar donde vas a trabajar, que el instrumental sea adecuado y esté en buenas condiciones, que los productos sean los recomendados y que haya higiene en el lugar.

“Tener este permiso de Salud da más tranquilidad y confianza al cliente, porque se da cuenta que es personal certificado que sabe lo que hace, por eso la gente puede ver los diplomas en cada uno de los negocios que tiene Tattoo Maori y en los que se cuenta con 12 tatuadores”, mencionó

Maikol indicó que actualmente se están pidiendo tatuajes más sencillos como letras finas, corazones, cruces, cruces, calaveras, algunos rostros de los hijos que son los más complicados porque hay que reflejar los detalles de las personas para que se parezca lo más posible.

Precisó que el tatuaje más sencillo que se ha hecho que es un lunar y a partir de un punto hasta cinco letras cuesta 500 pesos y el más caro que se ha hecho ahí es de 10 mil pesos que fue de tres rostros con cuerpos en la espalda, se hicieron en cuatro sesiones de ocho horas.

Maikol comentó que en el estudio prefieren irse con la idea que trae el cliente aunque algunas veces le sugieren algún cambio para mejorarlo, a veces lo aceptan, otras veces no, porque se mantienen en su idea, la explica, se les hace el diseño y se procede a tatuar.

Explicó que primero se hace el diseño en esténcil que es una hoja morada, ahí se calca el dibujo y al momento de ponerlo en la piel se le pone spray para que se pegue en la piel, se esperan dos o tres minutos a que se seque, o se corre el riesgo de que se borre al empezar a trabajar, se ponen los guantes para manipular la aguja, los tubos, la tinta y la máquina.

Se cambian los guantes porque ya se usaron en agarrar todo el equipo y entonces se puede empezar a trabajar después de lubricar el área de piel donde se va a elaborar, se delinea la figura del tatuaje y después se rellena con el color, se limpia constantemente para quitar la sangre.

Entre las recomendaciones que se le da al cliente tatuado, está el no comer carne de puerco en tres días, no consumir alcohol o tabaco ni drogas, esto para no contaminar la herida expuesta con microbios o bacterias que contengan esos productos y le provoque una infección.



Agregó que “no se puede tatuar a alguien que tomó alcohol unas horas antes porque la tinta no agarra bien, el tabaco hace manchas en el tatuaje,




Asimismo, deben lubricarse el área tatuada con pomada panten con vitamina A y B sirve para conservar el color del tatuaje, no se debe rascar un tatuaje en un mes que es el tiempo en que cicatriza la piel.

Finalmente, dijo que al día atienden a ocho personas, a veces menos, a veces más, pero siempre deben ser clientes mayores de edad porque está prohibido tatuar a menores.

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