Escuela del Rebozo potosina busca preservar tradición artesanal

26 de Septiembre de 2016
Guardar
rebozo
rebozo
Santa María del Río, SLP, 26 Sep (Notimex).- Al interior de la Escuela del Rebozo de Santa María del Río, el manejo delicado de los hilos de seda, la creatividad en el teñido y la técnica de tejido y empuntado, son acciones que van más allá de elaborar una artesanía, son actos encaminados a preservar todo un oficio tradicional.

En el viejo edificio colonial, ubicado en el centro de este municipio, el arte de elaborar un rebozo se convierte en algo especial. Ya no solamente es crear piezas hermosas y sofisticadas, es buscar por medio de la enseñanza, la conservación de la tradición artesanal rebocera.

Única en su tipo en el país, la Escuela del Rebozo se ha perfilado desde hace más de 65 años como el espacio donde mujeres y hombres vienen a aprender la técnica, la paciencia y la creatividad para elaborar esta artesanía, pero más allá de esto, acuden a ella con la certeza de que lo que aquí aprendan, trascenderá por generaciones.

Esto lo sabe el maestro rebocero y reconocido artesano, Arturo Estrada, quien hace cuatro años tomó la decisión de trasmitir sus conocimientos a todo aquel que quisiera formar parte del encanto de manipular los finos hilos de seda y artisela.

“Nuestros grandes maestros están falleciendo, envejeciendo o se han retirado de la actividad y suplirlos es difícil, es imposible. Por eso la importancia de los cursos para lograr que haya más gente de la que se está perdiendo”, afirmó el artista que lleva más de tres décadas en el oficio.

Hace algunos años, los mismos techos altos, las paredes blancas y los ventanales desde donde hoy aún se puede contemplar la vida tranquila que llevan los locales, fueron testigos del inicio del camino de Arturo como rebocero, ya que aquí aprendió a base de duros retos, lo que es ser el número uno.

“Yo entré aquí a los 9 años y era muy travieso, tanto así que una vez me expulsaron y para mí fue terrible, porque no podía entrar a la escuela, y hacer rebozos ya era mi pasión.

“Pero gracias a esto y a que me di cuenta que tenía talento, hoy puedo decir que 36 años después estoy orgulloso de lo que he logrado y de retribuir a mis alumnos lo que yo aprendí aquí”, recordó.

Exhibiciones en vivo de la elaboración de rebozos en telar de cintura en países como España, Canadá e Inglaterra, así como numerosos reconocimientos nacionales. entre los que destaca el Gran Premio Artesanal en 2012, avalan a Arturo para ser el encargado de seguir manteniendo vivo tan importante oficio.

“Aquí lo que estamos haciendo es desprendernos de todo este conocimiento que hemos adquirido con la experiencia y con las enseñanzas de magníficos maestros como Cecilio Duarte y José Rodríguez. Tenemos mucho por conocer, por explorar, por experimentar”, señaló.

Es así que el artesano, junto a la maestra empuntadora María Guadalupe Galaza, dedican 35 horas a la semana a enseñar a 25 alumnos entre mujeres y hombres, el arte de manejar los hilos, teñir, tejer y empuntar la pieza que durante siglos ha acompañado la vida diaria de las mujeres mexicanas.

Los cursos que aquí se imparten tienen una duración de dos meses y este año por primera vez se han realizado dos en lo que va del 2016, en donde igualmente es la primera ocasión que en ambas capacitaciones se enseña el proceso completo de la elaboración del rebozo: tejido y empuntado.

Para poder ser parte de estas clases, los aspirantes deben ser de la localidad, así como presentar una serie de documentos. Al ser seleccionados, el Servicio Nacional de Empleo (SNE) les otorga una beca de mil 900 pesos mensuales y 250 pesos adicionales para la compra de materiales.

Sentada frente al urdidor de madera, la alumna María de Jesús, de 58 años de edad, se encuentra creando el urdimbre (hilos longitudinales que se mantienen tensos en un telar) de 4 mil hilos, el cual le dará la longitud y el grosor del que será un rebozo de bolitas tradicional del municipio.

“Desde hace tiempo tenía ganas de aprender y ahorita que se nos da la oportunidad pues aquí estamos. Disfrutamos mucho hacer esto, además de que es relajante y nos olvidamos de nuestros problemas”, mencionó.

La también ama de casa explicó que una vez que se tiene el urdimbre, se pasa a teñir y a amarrar los hilos, un proceso donde la creatividad y la paciencia se ponen a prueba.

En este sentido, Arturo, quien se encarga de las clases de tejido, detalló que en Santa María del Río la técnica de teñido que más utilizan es el “Ikat”, la cual consiste en pintar hilos y crear diseños a base de amarrar y desamarrar los pequeños nudos que se hacen a lo largo del urdimbre, así como teñir y desteñir con diferentes colores el mismo para darle vida al diseño.

“El ikat es una técnica a nivel mundial que nos heredaron los españoles, ahora que hemos ido a eventos internacionales nos damos cuenta que la mayor parte de los países cuenta con esta técnica de teñido como Filipinas y Turquía”, apuntó.

El resultado de este proceso es latente en el rebozo azul eléctrico que Arturo tiene en sus manos, un ejemplo de esta compleja técnica debido a su impresionante diseño de grecas en colores blanco, negro y verde, que habla de que esta pieza tuvo por lo menos, seis procesos de teñido y amarre.

Otra de las características distintivas que tienen los rebozos de esta comunidad es el uso de tintes naturales obtenidos del nogal como tonos ocres y oros.

“Utilizamos todo lo que es el nogal desde el hueso, la cáscara, la corteza, la hoja y dependiendo del estado en el que este lo que se va a utilizar, va a ser la intensidad del color; por ejemplo, las raíces, las cortezas que son muy añejas nos van a dar tonalidades bastante brillantes y firmes como oros, castaños y caobas”, resaltó.

Las lecciones continúan en el salón de tejido, donde la música pop en inglés da la bienvenida al espacio donde cinco mujeres se encuentran elaborando sus rebozos en los telares de cintura que se encuentran sostenidos de la pared.

Una de ellas es Marisol, la mujer de 34 años que, tejiendo un rebozo de bolita en tonos brillantes, menciona con una tímida sonrisa que este es el segundo rebozo que realiza en la escuela “mi primer trabajo lo vendí en 800 pesos y con eso compré mi telar y ayude para la alimentación de mis tres niños”.

Y es que en esta escuela no solamente los alumnos se quedan con la satisfacción de estar contribuyendo a preservar la tradición rebocera, sino que además, como en el caso de Marisol, el dominar este oficio les abre las puertas de una nueva fuente de ingreso económico.

“Tengo tres hijos: uno de 2, una de 14 y otro de 16 años; mi hija me dice que ella quiere venir, pero le digo que me tenga paciencia, que me espere porque este aprendizaje es a un futuro porque de aquí quiero poder comprar mis piezas para trabajar desde mi casa y ayudar económicamente a mis hijos y a mi esposo”, dijo.

En la parte inferior del edificio, se encuentra el salón de empuntado, donde 12 mujeres sentadas en pequeñas sillas de madera realizan con paciencia el terminado final del rebozo.

La maestra María Guadalupe Galaza es la encargada de mostrar la técnica de terminación de los hilos de seda o artisela, la cual para lucir impecable, la vista y las rodillas de la empuntadora sufren un proceso de deterioro paulatino, debido al trabajo detallado que lleva este proceso que puede durar de cuatro a ocho semanas.

“Yo empecé a los 13 años porque mi hermana mayor me enseñó. Me gusta hacerlo y aparte de eso tiene uno algo que hacer en la casa porque uno no puede salir a trabajar y ya uno le pagan y ya tiene su dinero”, destacó.

Para maniobrar los hilos color verde limón que no fueron tejidos en el telar, María, utilizando como herramientas sus uñas, hace pequeños nudos para formar “la culebra”, dos tiras de hilos que formarán un diseño de tejido en forma de serpiente y el cual finalizará con un cerrado de nudos.

“Con estos cursos estamos incentivando a los alumnos a que participen en competencias que es donde se explota el talento y eso le queremos contagiar a los alumnos, que los que estén en mi responsabilidad salgan con enseñanzas y un camino”, afirmó Arturo. Por Ashlei Espinoza Rodríguez. Enviada

Archivado en