UNAM estudia relación de magnetismo de suelos con contaminación

30 de Julio de 2016
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México, 30 Jul (Notimex).- Especialistas de la UNAM estudian las propiedades magnéticas de los suelos y su relación con la contaminación ambiental, un tema preocupante en todo el territorio nacional, en particular en la Ciudad de México.

En el Laboratorio Universitario de Geofísica Ambiental (LUGA) de la institución en Morelia, Michoacán, expertos analizan los daños al medio ambiente y a la salud que los metales pesados que se encuentran a ras del suelo ocasionan en el polvo urbano y las plantas.

Con tan sólo un lustro de actividad el LUGA es hoy un referente nacional e internacional en el que se estudia sobre magnetismo edáfico en el país, en el que se generan herramientas, técnicas, metodologías y enfoques confiables, rápidos y de bajo costo para la evaluación eficaz de problemas por contaminación.

Francisco Bautista indicó que junto a Avto Gogichaishvili, encargado del Laboratorio Interinstitucional de Magnetismo Natural (LIMNA), incursionan en un nuevo campo de estudio en el país: el magnetismo edáfico, cuyo propósito es analizar suelos, polvos y plantas urbanos.

En un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el especialista explicó que la contaminación de la atmósfera cae al suelo con la lluvia o el viento.

De esa manera las personas entran en contacto con esas partículas por medio de la piel o corren el riesgo de ingerirlas vía respiratoria y digestivo.

Al analizar los suelos de 11 metrópolis mexicanas y seis extranjeras los universitarios estudiaron la contaminación histórica e identificaron los lugares que en el tiempo han sido más alterados.

Además examinan los metales pesados que podrían originar cáncer en la población y a partir de esa información elaboran una serie de mapas que indican las zonas de mayor peligro y las tasas de mortalidad por enfermedades relacionadas.

Como parte de la investigación han analizado el tejido de pulmón de personas fallecidas en accidentes y han encontrado partículas de plomo, cromo, arsénico y mercurio “lo que nos indica que los contaminantes los tenemos en el cuerpo”, resaltó el investigador.

Mencionó que 80 por ciento de la Ciudad de México está contaminada por plomo y prácticamente más de 90 por ciento por vanadio; ambos metales son altamente tóxicos, siendo la zona norte la más afectada.

También estudian algunas plantas ornamentales con capacidad de atrapar metales pesados (polvos urbanos), en particular la Ficus benjamina, una especie que está por todas partes y tiene la particularidad de secretar una sustancia que le permite atraer ese polvo y acumularlo.

Bautista adelantó que con los datos reunidos próximamente tendrán un portal donde la población podrá consultar mapas de la distribución de plomo y otros contaminantes y estar en posición de tomar decisiones.

Esas tareas iniciaron en Morelia, Michoacán, lugar donde se encuentra el laboratorio, pero se han sumado investigadores del país y del extranjero interesados en esos temas.