Protagoniza música de “Cri-Cri” concierto familiar de la Sinfónica

22 de Febrero de 2015
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México, 22 Feb 15 (Notimex).- La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) volvió a hacer de las suyas en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, donde rompió la solemnidad para ofrecer un divertido concierto familiar, protagonizado por la música de Francisco Gabilondo Soler (1907-1990), “Cri Cri”.

En lo que fue su segundo concierto familiar de la temporada, brujas, hadas, negritos, arañas, hormigas, perros, gatos y gallos desfilaron acompañados por las ejecuciones melódicas de los músicos sinfónicos que, por espacio de poco más de una hora, revivieron su época de infancia.

Bajo el título “Guapachoso” y tenebroso”, los dirigidos por el concertista Luis Enrique Ramos ofrecieron un rítmico repertorio siempre ovacionado por el público.

Tangos, salsas y otros géneros bastante pegajosos, fueron conquistando a la audiencia, en su mayoría pequeños, cautivados por el desfile de personajes y anécdotas.

Luego de escucharse las notas con la que la emisora XEW iniciaba sus transmisiones a mediados del siglo XX, un grupo de niños cantores de la Facultad de Música de la UNAM apareció en el escenario.

Portando enormes hojas verdes formaron un círculo y de inmediato el célebre personaje “Grillito cantor” emergió y sorprendió al teatro.

Enseguida, la música del compositor se hizo escuchar, presentando en su primera parte un total de siete piezas musicales de corte fantasmagórico y tenebroso, para comenzar de esta manera el recital.

La “fiesta musical” arrancó con “Canción de las brujas”, en la que tres brujas- bailarinas, acompañadas de sus escobas, desfilaron por el escenario.

Siguió “Fantasma”, obra en la que un personaje caracterizado con una sábana blanca con orificios en su enorme cabeza, más que asustar, despertó sonrisas entre los espectadores.

“Che araña”, “El brujo” y “Tango medroso” fueron otras de las piezas que encantaron a los pequeños, toda vez que estuvieron acompañadas por un grupo de cinco bailarines, quienes a su vez, portaron disfraces de dichos personajes.

“El ropavejero”, que en realidad no es más que un tlacuache que anda en busca de “cachivaches”, y al que muchos pequeños confundieron con un ratón, conquistó al foro al igual que la pieza instrumental “El viejo bosque”.

La segunda parte del espectáculo narrado dio paso al corte tropical con piezas como “Cocuyito playero”, “Cleta Dominga”, “Negrita cucurumbé”, “Negrito Sandía” y “Métete Teté”, estas tres últimas piezas, bastante rítmicas y con las que los músicos, que por cierto dejaron la gala y en su lugar portaron camisetas de manga larga de colores: mamey, rojas y anaranjadas, encantaron hasta al menos conocedor.

Con la presencia de “Cri-Cri” en el escenario, el concierto dramatizado concluyó con los coristas de la UNAM, quienes portando cartulinas en verde, blanco y rojo, formando en el escenario la bandera de México, para al final llevarse la lluvia de aplausos.

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