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“Cada grupo contó con aproximadamente 14 alumnos participantes, por lo que estamos hablando de cerca de 210 personas que a lo largo de estas dos semanas se les brindó la atención”, dijo.
Para esta ocasión la receta que se compartió fue con el objetivo de dar a conocer un pan de muerto con sabor distinto, por lo que se aromatizaron los panes con pulque, canela y vainilla; lo que refiere un estilo similar al pan de pulque que se elabora en Tolimán y que bien pudiera finalizarse con mantequilla y azúcar o manteca y ajonjolí.
“Les ha gustado, algunos entran renuentes porque a mucha gente no le gusta el olor al pulque y mucho menos tomarlo, entonces piensan que porque tiene ese olor característico el pan va a saber así, pero ya cuando lo prueban horneado quedan fascinados con el sabor”, agregó.
El maestro también recalcó que la intención de cambiar la receta es que sea más fácil de elaborarse en sus hogares, donde prácticamente en 3 horas pueden sacar la producción del pan que elaboren en su casa, además de integrar una convivencia familiar, es decir que mientras los adultos elaboran la masa, los niños pueden formar los panes.
Dentro del contexto histórico cultural, José Enrique Moreno, destacó que es la forma de rescatar tradiciones prehispánicas, ya que los huesos que se forman de pan representan las extremidades del difunto, mientras que la bolita central sobre el plan es el cráneo.
“Rescatamos tradiciones desde nuestros ancestros, lo que es mantener la forma de los cráneos, los huesos de los difuntos y hacer la antropofagia que se realiza aquí en México, que es de forma literal el comernos a los difuntos o a la muerte de manera simbólica”, detalló.
Finalmente, comentó que este tipo de pan aromatizado con la canela, se puede disfrutar en casa con un vaso de leche, un café de olla bien cargado, un chocolatito o un buen champurrado; o bien compartirlo con los seres queridos que se han adelantado en los altares de muerto que aún se elaboran en algunas casas para deleitar a los difuntos de la familia.