Leonor Ávila, presidenta del proyecto, reconoció que las familias se enfrentan al reto de trabajar para obtener ingresos económicos; sin embargo, en el proceso descuidan la atención a los infantes.
“Desgraciadamente nos hemos encontrado que en algunas comunidades de Tequisquiapan los niños se quedaban solos durante todo el día porque los papás deben salir a trabajar, nadie se hace cargo de ellos y por eso surgió la idea de hacer ludotecas comunitarias en donde participan algunas madres de familia y especialistas que brindan una atención integral”.
Explicó que para costear los gastos de alimentación para los infantes, compra de equipo y transporte de los pedagogos, se cobra una cuota de recuperación que puede alcanzar los 15 pesos por todo el tiempo que el menor de edad esté siendo cuidado.
La entrevistada dijo que el tiempo promedio es de cuatro horas; sin embargo, en algunos casos deben atender al infante hasta por ocho horas.
Actualmente Garabatos cuenta con grupos instalados en San Nicolás, La Tortuga y el centro de Tequisquiapan, además que abrieron un proyecto similar para la capital del estado.
Apuntó que estarán buscando un acercamiento con las autoridades entrantes para que refrenden los convenios de colaboración y se puedan seguir utilizando algunas bodegas así como los centros comunitarios.
“Existen muchas necesidades que directamente el gobierno no pude atender y por esta razón nosotros encontramos un área de oportunidad en donde estamos desarrollando a la gente, porque además de contar con especialistas, hay gente que hace su servicio social e incluso amas de casa que se suman a este proyecto”.
Recordó que la misión es favorecer la creación de espacios de juego y la realización de actividades lúdicas, artísticas, científicas y de lectura, que apoyen y reconozcan el derecho al juego como una necesidad del ser humano contribuyendo a su desarrollo integral y al enriquecimiento de su vida, su cultura y comunidad.