En declaraciones a una radio local, Temer señaló que el Ejecutivo estudia “dar turnos para que entren 100, 150 o 200 venezolanos por día para organizar un poco más los ingresos” al país por tierra.
Las autoridades brasileñas aseguran que, en promedio, 600 o 700 personas entran cada día por Roraima, y de ellos, permanecen en el país 20 o 30 por ciento.
El Ejecutivo de Temer firmó la víspera un decreto que, desde este miércoles, autoriza a las Fuerzas Armadas a actuar durante las próximas dos semanas en el estado de Roraima, colindante con Venezuela y puerta de entrada de decenas de miles de venezolanos en los dos últimos años.
“Las cosas estaban avanzando a un ritmo desagradable en relación al pueblo venezolano y brasileño”, indicó este miércoles Temer para justificar la aplicación de la Ley de Garantía y del Orden después de que el día 20 hubiera incidentes en la ciudad de Pacaraíma, del lado brasileño de la frontera.
Unos dos mil brasileños atacaron campos de inmigrantes en la ciudad después de que, aparentemente, se produjera un supuesto asalto por parte de venezolanos contra un comerciante en la ciudad.
El gobierno de Roraima está enfrentado al Ejecutivo de Temer por su política migratoria, y asegura que los servicios sociales del estado –educación y sanidad- están saturados por la llegada de miles de inmigrantes en los últimos meses.
Las autoridades locales culpan al gobierno federal de no transferir recursos económicos para lidiar con la oleada migratoria, al tiempo que pidió a la Corte suprema el cierre de la frontera.
Más de 127 mil venezolanos entraron en Brasil por tierra desde 2017, según datos del gobierno nacional, aunque las autoridades federales señalan que el 60 por ciento de ellos salió con destino a un tercer país de América del Sur. Brasil reiteró el martes que “está fuera de cuestión” el cierre de la frontera por la llegada de venezolanos.