El Instituto Datafolha, uno de los más respetados en este país, realizó un sondeo el 20 y 21 de agosto para medir el apoyo a los candidatos a la Presidencia de Brasil, en el que entrevistó a más de ocho mil 400 personas, de cara a los comicios programados para realizarse el 7 de octubre próximo.
El resultado de la consulta, con un margen de error de dos puntos porcentuales, confirmó lo que otros sondeos mostraron esta semana: Lula da Silva, pese a estar encarcelado desde el 7 de abril pasado y sin aparecer en los medios de comunicación, crece con fuerza en la intención de voto, al pasar de un 31-33 por ciento, hasta el actual 39 por ciento.
Este aumento, pretendido por el Partido de los Trabajadores (PT), que asegura que Lula da Silva podrá participar en las elecciones de octubre próximo, se debe al éxito de la formación de izquierda de lograr que la prensa y las redes sociales hablen, casi de forma omnipresente, sobre la posibilidad de que el expresidente sea o no inhabilitado.
Datafolha también mostró que, en un escenario con Lula da Silva, algo que ahora parece poco probable, el segundo en la lista sería el exmilitar y diputado de extrema derecha Jair Bolsonaro, con 19 por ciento, seguido por la ecologista Marina Silva con 9.0 por ciento.
Sin Lula da Silva, sus votos quedarían repartidos entre Bolsonaro, un 22 por ciento; Silva un 16 por ciento; y el centrista Ciro Gomes con un 10 por ciento.
La derecha liberal, el Partido de la Social Democracia (PSDB), quedaría fuera de la segunda ronda por primera vez en dos décadas, ya que el exgobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, apenas pasa el 5.0 por ciento de los votos.
Los resultados de Datafolha, considerado uno de los institutos de encuestas más fiables de Brasil, reiteran el escenario de incertidumbre para los comicios, al estar el candidato favorito, Lula da Silva, encarcelado y amenazado de ser inhabilitado por la justicia por su condena por corrupción.
En caso de no participar, no está claro si el "número dos" de Lula da Silva, el exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, podrá capitalizar los votos del que fue presidente entre 2003 y 2010 de la mayor economía de América Latina.
Como consecuencia de esta incertidumbre, la moneda brasileña alcanzó el martes su menor nivel desde febrero de 2016, con 4.04 unidades por dólar, y este miércoles el real volvía a anotarse una nueva caída del 0.5 por ciento, ante el nerviosismo de los inversionistas por el panorama electoral indefinido.