Centinelas de la democracia luchan contra abusos en Senegal

08 de Julio de 2018
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Dakar, Senegal, 8 Jul (Notimex).- Y'ne a marre, significa en francés "Tenemos suficiente". Este es el nombre que un grupo de chicos de Dakar, hartos de la crisis política, social y económica de Senegal, decidieron dar a su colectivo.

Se trata de jóvenes activistas, centinelas de la democracia, que desde hace más de siete años monitorean y denuncian todos los tipos de abusos que tienen lugar en este país de África Occidental.

En enero de 2011 tres amigos, los periodistas Fadel Barro y Aliou Sané y el rapero Keur Gui, se reunieron en la sala de estar de la casa del primero en Parcelles, un barrio periférico de Dakar, para tomar una taza de attaya, un té fuerte muy común.

Querían hacer algo para cambiar sus vidas y las de todos sus compatriotas, para sacar a todo el pueblo senegalés de la situación de indigencia alimentada por una clase política incompetente y corrupta. La expresión Y'ne a marre describía su sentimiento a la perfección.
"En la época del presidente Abdoulaye Wade -cuenta Fadel Barro en el famoso salón donde todo comenzó- no había una oposición política real. Wade había hecho al menos una docena de enmiendas a la Constitución que le daban poderes adicionales”

“Permaneció en la Presidencia de 2000 a 2012 y aspiraba a un tercer mandato. Ya estábamos indignados, pero esa fue la gota que colmó el vaso. No podíamos tolerar más años de corrupción e impunidad", añade.

En poco tiempo los tres fundadores de Y'ne a marre consiguieron sacar a más y más jóvenes a las calles. Camisetas, estandartes, folletos, murales y canciones de rap inundaron la capital.



A pesar de la dura represión de las fuerzas del orden, con palizas y arrestos, los centinelasde la democracia no se rindieron y consiguieron la simpatía de movimientos, organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación extranjeros. Wade, contra las cuerdas, tuvo que abandonar el trono y poco después tomar el camino del exilio

"Wade -continúa Barro, que en todas sus apariciones públicas lleva siempre el característico sombrero de lana local- me había propuesto incluso ser ministro. Rechacé inmediatamente la oferta, los de Y'ne a marre estamos hechos para estar en la calle, no en la asamblea nacional”.

Agrega: “comenzamos a luchar por la falta de agua y electricidad en los barrios más pobres y llegamos a echar, junto con otros movimientos de oposición política pacífica, a un presidente. Incluso, el presidente Obama, cuando vino de visita a Dakar, quiso conocernos y felicitarnos por nuestro trabajo".

El objetivo declarado de Y'ne a marre es alentar a los jóvenes a indignarse cuando no se respetan los derechos más elementales, crearles un interés real por el mundo de la política dando vida a lo que Barro define como "la nueva tipología de senegalés".
Y'ne a marre trabaja en todos los fenómenos que socavan los cimientos de la república senegalesa y que fomentan la división del pueblo. Y, para hacerlo, los centinelas de la democracia viajan continuamente por todo el país, incluso a las áreas más remotas.

En las dos sedes del movimiento -la casa de Barro en Parcelles y un pequeño edificio en el distrito más céntrico y próspero de Sacre Coeur 3- se celebran reuniones frecuentes, con la participación de cada vez más simpatizantes.

Desde hace unas semanas, Y'ne a marre, que tiene el estatus de asociación cultural, comenzó a inscribir a sus miembros, que, como dice Barro, "son varios cientos de miles".

En cuanto a la financiación, la asociación reconoce que depende del dinero de las ONG europeas. Gracias al apoyo de parte de los diarios y de las televisoras locales, Y'ne a marre mantiene una visibilidad constante.
Las paredes de Dakar están llenas de la frase “France Dégage”: “Francia, vete”. En los últimos años el actual presidente, Macky Sall, que está al final de su primer mandato, estuvo en el punto de mira de Y'ne a marre.

También está acusado, igual que su predecesor, de haber malvendido el país a Francia, la antigua potencia colonial, y a las multinacionales, y de haber firmado acuerdos sobre migración que no hacen más que provocar más y más víctimas en la ya peligrosa ruta hacia Europa que atraviesa el desierto del Sáhara y el mar Mediterráneo.
"Los acuerdos de colaboración económica -denuncia Barro- hacen imposible que las industrias africanas tomen forma, porque las multinacionales europeas se imponen en los mercados africanos y se apropian de ellos”.

Cuenta que “cuando llegan, bloquean a todas las pequeñas empresas. No se trata solo de dominio económico. Las políticas europeas en África también son barreras que siguen la ola de las migraciones”.

“Se están construyendo campos de concentración en el Chad. Dieron carta blanca a las milicias en Libia para que bloqueen a los migrantes, todo con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones y la Unión Europea. Esta es la verdad sobre las políticas europeas", denunció.