Los efectos de Paolo, que avanza fortaleciéndose sobre el mar de Filipinas en el este con dirección a Japón, se han combinado este jueves con una zona de baja presión en el oeste del mar del Sur de China, generando fuertes precipitaciones pluviales en varias provincias filipinas.
El Consejo de Administración de Reducción del Riesgo de Desastres (CARRD) de Filipinas sostuvo una reunión de emergencia este jueves para evaluar la situación en el archipiélago y aprobó una resolución con una serie de medidas preventivas, a fin de evitar en lo posible un mayor número de víctimas.
Por recomendación del CARRD, las autoridades ordenaron suspender las clases en las escuelas de todos los niveles académicos, tanto públicas como privadas, para prevenir cualquier incidente, de acuerdo con reportes del periódico local The Phillipine Star.
La región más afectada es la ciudad de Zamboanga, que ha experimentado inundaciones masivas y deslizamientos de tierra, así como graves daños a la agricultura y a la infraestructura, por lo que el gobierno local declaró este jueves un estado de calamidad.
Un informe de la Oficina de Bienestar Social y Desarrollo de Zamboanga reveló que en lo que va de esta semana las inundaciones han provocado el desplazamiento de unas tres mil 600 familias, la mayoría residentes de las zonas costeras, mientras que al menos siete personas han muerto.
Indicó que hasta ahora se han reportado 158 viviendas totalmente destruidas y otras 327 parcialmente dañadas, en tanto que en el sector agrícola unos mil 150 agricultores se han visto afectados por las inundaciones.
Precisó que se han perdido 310 hectáreas de campos de arroz, 477 hectáreas de maíz y 144 más de cultivos de vegetales, además de 200 hectáreas de algas y otras 875 de estanques de peces, así como muchos sistemas de riego, lo cual representa pérdidas millonarias para el sector.
Los daños en la infraestructura también son altas debido a la destrucción de carreteras y puentes, así como de construcciones de protección.
El alcalde de la ciudad de Zamboanga, Beng Climaco, confió en que la declaración del estado de calamidad permita la liberación rápida de los fondos necesarios para el alivio y la rehabilitación.
El tifón Paolo, que la mañana de este jueves se ubicaba a 945 kilómetros al este de Quezon, se acercó a Filipinas el pasado lunes, recorriendo la costa a una velocidad de 15 kilómetros por hora y se espera que abandone el Área de Responsabilidad de Filipinas el próximo domingo.