Según el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, la aprobación de las medidas ha generado un “clima constructivo” entre los 19 ministros de Finanzas de la unión monetaria, que se reúnen en Bruselas para tratar el tema.
"Siento en todos los actores, sin excepción, una voluntad de alcanzar un acuerdo global que tenga en consideración el conjunto de los parámetros griegos. Todos buscan un punto de conclusión positivo y creo que éste será esta tarde", dijo en una rueda de prensa, a poca horas de participar de la cita.
"Está claro que la parte griega está determinada a cumplir con sus obligaciones y ha asumido sus responsabilidades. En ese contexto, creo que es importante que los socios de Grecia asuman las suyas", sostuvo.
Según el comisario, no se trataría de condonar parte de la deuda, sino de ampliar los plazos de reembolso o reducir las tasas de interés.
Para convencer a sus acreedores, el gobierno de extrema izquierda de Alexis Tsipras adoptó nuevas alzas de impuestos y recortes en las pensiones, que contribuirán para un ahorro de casi cinco mil millones de euros (poco más de cinco mil 550 millones de dólares) cuando sean aplicados, entre 2019 y 2021.
"Ya no hay excusas para andar con rodeos a respecto del alivio de la deuda. Hemos cumplido con nuestras obligaciones totalmente y en tiempo", afirmó el ministro griego de Finanzas, Euclide Tsakalotos.
La reestructuración de la deuda helena, que se eleva al 179 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, es una condición impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para participar del tercer rescate concedido a Atenas, en julio de 2015, por 86 mil millones de euros.
Grecia necesita recibir un nuevo tramo de la ayuda internacional antes de julio, cuando tiene que cubrir un vencimiento de siete mil 500 millones de euros (ocho mil 180 millones de dólares).