Caficultores colombianos son claves para consolidar paz en Colombia

24 de Febrero de 2017
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Bogotá, 24 Feb (Notimex).-El café es el grano más tradicional de Colombia que, además de abrirse al mundo con su aroma, en la actual coyuntura el gremio de los caficultores jugará un papel preponderante en la fase del postconflicto, tras la dejación de las armas de las FARC.

En los 52 años de conflicto armado en Colombia, el gremio de los caficultores, han estado presente en todo el territorio rural de este país, en donde la comunidad y hasta los propios actores de la guerra, han respetado el trabajo de las familias cafeteras que en la actualidad suman más de 550 mil, con 1.3 hectáreas en promedio.

El presidente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), Roberto Vélez Vallejo, en un encuentro con corresponsales extranjeros, recordó que en fecha reciente en el municipio de Planadas, en el suroccidente de Colombia, sus habitantes enfatizaron que la única institución presente en la zona durante el conflicto, es la de los caficultores.

Planadas, es un municipio en donde las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tuvieron una fuerte presencia en sus 52 años de guerra, incluso en esa región, instaló su campamento central el jefe máximo del grupo rebelde, Alfonso Cano, quien fue abatido en un operativo militar en esta misma zona en noviembre de 2011.

“Los servicios de la Federación Nacional de Cafeteros, han estado en todas las zonas del país, independiente del grado de violencia", dijo el dirigente gremial.

"Los muchachos que están identificados con la camiseta amarilla, son respetados y queridos por todas comunidades. Casi tenían patente para moverse y desplazarse tranquilamente por todas regiones”, subrayó Vélez Vallejo.

Después de 52 años de guerra entre el Estado y las FARC, el grupo rebelde empieza este 1 de marzo el proceso de entrega de las armas a una misión de la Organización de las Naciones Unidas, para dar el salto y constituirse como movimiento político legal.

Con la dejación de las armas de las FARC, Colombia entra en el camino sin retorno de construir una paz duradera, y será en las zonas rurales y más apartadas, azotadas por la violencia, en donde el gremio cafetero va a jugar un papel preponderante en la era del postconflicto, en las próximas dos o tres décadas.

“Tenemos mucha esperanza en el postconflicto. Sabemos que hay áreas cafeteras en donde necesitamos rehacer el tejido social de la caficultura, porque ese tejido social se perdió debido al conflicto”, dijo Vélez Vallejo.

Los caficultores tienen “una estructura capaz - quizás la única- de ejecutar programas de largo alcance, en la zona rural colombiana, casi por encima del gobierno nacional”, aseguró el presidente de la FNC.

Explicó que en muchas situaciones no es la falta de recursos, sino la carencia de una estructura para ejecutar los programas sociales en las zonas más apartadas y afectadas por la guerra y la FNC tiene todos los pergaminos de transparencia y eficiencia para administrar los recursos.
“La federación y los caficultores queremos ser colaboradores en el tema del postconflicto (…) Tenemos toda la institucionalidad preparada para utilizar recursos de postconflicto”, reiteró.

Para el director de asuntos gremiales de la FNC, Carlos Armando Uribe, las tareas en el postconflicto serán inmensas si se tiene en cuenta que se requiere en la zona rural la legalización de títulos de siete millones de hectáreas.

Además es necesario la elaboración de “un nuevo catastro rural, la entrega de tres millones de hectáreas de tierra, la destrucción de casi 200 mil hectáreas de cultivos ilícitos y su sustitución productiva y otros programas de desarrollo rural, son obras titánicas, pero que generan esperanza”, indicó.

Sostuvo que la FNC tiene presencia en cerca de 600 municipios, que podrá tener “unas inmensas ventajas en el postconflicto en algunas de estas tareas y en otras derivadas de una dinámica de un territorio en búsqueda de la paz”.

El café será uno de los productos claves para el programa de sustitución de cultivos ilícitos, que es uno de los grandes retos que tiene Colombia en la fase del postconflicto.

Cerca de 200 mil hectáreas “en cultivos ilícitos tendrán, poco a poco, que ser sustituidos por alternativas que satisfagan los pasos de una cadena productiva. El café es una de ellas. El aumento del consumo del café en el mundo, podrá encontrar en los cafés diferenciados colombianos una respuesta para ello”, consideró.

“Todo esto podrá hacerse una vez que se encuentren salidas a la mano de obra y a unos canales de comercialización que la institucionalidad puede ir encontrando”, enfatizó Uribe.

El postconflicto será una gran oportunidad para la mujer cafetera. En Colombia hay un registro de 162 mil mujeres, es decir, “el 29 por ciento de los cerca de 550 mil propietarios cafeteros son mujeres, las cuales cultivan 240 mil hectáreas de café”.

“Las regiones en paz empiezan a ser miradas por numerosos compradores internacionales y diferentes organizaciones no gubernamentales para comercializar café y ofrecer sobreprecios que a todas favorecen”, precisó el director de asuntos gremiales de la FNC.

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