Cochiguaz y el Tibet unidos por el misterio

31 de Agosto de 2015
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Cochiguaz, Chile, 31 Ago (Notimex).- La localidad de Cochiguaz, al interior del Valle del Elqui, es uno de los epicentros del misticismo del norte chileno gracias al cerro Cancana, el que estaría en la antípoda geográfica del Tibet.

Aunque para muchos suene una locura relacionar dos zonas del mundo distantes miles de kilómetros, son miles las personas que cada año visitan el Valle del Elqui motivadas por este vínculo mágico y energético.

Esa pequeña localidad chilena se hizo popular hace unos años por la salida al mercado de un pisco (aguardiente de uva) llamado “Los Artesanos del Cochiguaz”, lo que colocó en el inconsciente de los chilenos este vocablo quechua que significa “casa de chanchos”.

Tras dejar atrás la ciudad de Vicuña y varias localidades pequeñas como Rivadavia, Paihuano y Montegrande, una vieja señal caminera indica el inicio de un camino de tierra que conduce a Cochiguaz, distante 12 kilómetros.

En ese lugar, rodeado de cerros y a mil 500 metros sobre el nivel del mar, el misticismo, la energía y la tranquilidad se respiran en el ambiente. Sin ruido de ciudad, solo se percibe el sonido que produce el viento y el ladrido de uno que otro perro a lo lejos.

La cercanía de los altos cerros circundantes llega a intimidar. Hacia donde se mire hay cerros agrestes, desprovistos en su mayoría de vegetación, y cielo, un limpio celeste que por las noches ofrece una espectacular visión de las estrellas.

Son muchos los mitos que circulan en esta zona, pero sin duda el más llamativo es aquel que habla de monjes tibetanos budistas que se internaron en las cercanías del Cancana y nunca más volvieron.

Marcelo Berenguer es propietario de “El Alma Zen”, uno de los centros turísticos más importantes de la zona que cuenta con cabañas, una piscina de cuarzo y con un observatorio astronómico abierto a los turistas, entre otros atractivos.

Berenguer llegó a la zona hace varios años desahuciado por los médicos y con una esperanza de vida de tres meses. Hoy, ya curado de toda enfermedad, es uno de los habitantes más conocidos de Cochiguaz y uno de los principales promotores de la zona como centro de sanación física y espiritual.

“Este es un punto que tiene mil 500 megas de unidades electromagnéticas y que fue descubierto en 1969 por los astronautas que fueron a la Luna. Desde allá sacaban fotos hacia la Tierra con diferentes filtros y en varias fotos este punto salía como luminoso”, comentó Berenguer en entrevista con Notimex.

Explicó que “acá al frente tenemos el cerro Cancana (piedra del poder). Cuando los españoles se hacen cargo de este valle, le pusieron a esas torres del cerro el altar. Sólo tiene magnetita, fierro, oro y cuarzo en cantidades industriales”.

“Se habla que hay un portal dimensional en el cerro Cancana. Una vez vino el (ex) senador Ricardo Núñez, del Partido Socialista, con unos mapas de la Tierra con curvas de nivel de las energías magnéticas. En Hawai había 550, en la Península de Yucatán unos 700, en el Triángulo de las Bermudas 800, en las pirámides de Egipto 650 y en Cochiguaz mil 500 megas de unidades electromagnéticas”, acotó.

Recordó que “cuando vino el Dalai Lama, hace unos años, él usaba un medallón negro con bronce que tenía tres rayas: el Ecuador al medio, arriba había una raya que decía 30, el paralelo 30 latitud norte con un cuadradito que decía Tibet, Lhasa, y abajo había otra raya con el paralelo 30 latitud sur que decía Chile, Elqui”.

Berenguer se entusiasma con la historia de esta zona y asegura que “la cultura aborigen primigenia de este lugar, la cultura de Las Ánimas, llamaban a los auto-convocados como seres que venían del espacio, de las estrellas, al Cancana. Y ahí se posaban, hay muchos avistamientos de ovnis, cosas extrañas, naves luminosas, de colores, en forma de triángulo, se han visto muchas cosas que uno supone que son ovnis”.

Debido a la claridad de las noches, con un promedio de 300 al año sin nubes, el empresario implementó además un observatorio a cargo de un astrónomo que le permite a los turistas observar planetas, constelaciones y estrellas.

De esta forma, Cochiguaz funde en un solo concepto la sanación, el misticismo y las estrellas, conjunto virtuoso que atrae a miles de extranjeros, más que chilenos, cada año, lo que es refrendado por Berenguer, quien asegura que, “curiosamente, Cochiguaz es más conocido en otros países que en Chile”.

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