Mantendrán países vecinos de Siria sus fronteras abiertas ante éxodo

04 de Septiembre de 2013
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Ginebra, 4 Sep (Notimex).- Ante la violencia en Siria y una eventual intervención militar extranjera en ese país, los gobiernos de Líbano, Turquía, Irak y Jordania se comprometieron a mantener sus fronteras abiertas ante el posible éxodo de sirios.

Las naciones vecinas de Siria expresaron su compromiso de acoger a los sirios incluso cuando eso representa "una carga inimaginable" para sus gobiernos, expresaron en rueda de prensa diplomáticos de esos países.

Convocados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, los cancilleres de Turquía, Ahmet Davutoglu; de Irak, Hoshyar Zebari, y de Jordania, Nasser Judeh, así como el ministro de Asuntos Sociales de Líbano Wael Abu Faourn, refrendaron su compromiso.

Este miércoles se reunieron en Ginebra el alto comisionado para refugiados y los ministros de los países vecinos de Siria para discutir la respuesta a la crisis de refugiados sirios.

En especial tras el desarrollo de los acontecimientos por el presunto uso de armas químicas en las inmediaciones de Damasco y el riesgo de una intervención militar liderada por Estados Unidos lo que provocaría un éxodo de sirios.

El ministro de Líbano, Wael Abu Faourn, reconoció que la situación en ese país árabe "se torna alarmante".

Calificó de "frustrante" la respuesta humanitaria y política de la comunidad internacional al conflicto y dijo que su país mantendría una política de "puertas abiertas" incluso cuando hay voces que piden cerrar las fronteras.

El canciller de Turquía opinó por su parte que la situación en Siria ha llegado a "un punto de inflexión".

Reiteró su apoyo a los refugiados sirios, sin importar su origen, ante la violencia del gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad, a quien acusó de realizar una "limpieza étnica" en su país.

Davutoglu reiteró su "política de puertas abiertas" y aseguró que en Turquía y en Jordania viven en la actualidad más sirios que en la ciudad de Homs.

El ministro Nasser Judeh, de Jordania, indicó a su vez que la magnitud que representa el desafío de la crisis de los refugiados sirios va más allá de cualquier cálculo o previsión.

Aseguró que Jordania acoge a más de 500 mil personas en un país de seis millones de habitantes, lo que conlleva a problemas de todo tipo y a todos los niveles, incluso respecto a la gestión de necesidades básicas como el acceso al agua.

El ministro irquí Hoshyar Zebari dijo que el flujo de refugiados sirios a su país va en aumento.

Manifestó su solidaridad con el sufrimiento de más de cuatro millones de desplazados en territorio sirio, quienes "seguramente" están en peores condiciones por los continuos enfrentamientos armados que se viven en Siria desde hace más de dos años.

"Todas las acciones que provocan oleadas de refugiados deben cesar. Una solución política es necesaria de manera urgente para poner fin a este ciclo de horror", afirmó por su parte el titular del ACNUR.

Los representantes de los países vecinos de Siria condenaron de manera unánime el presunto uso de armas químicas en los ataques del 21 de agosto en la afueras de Damasco.

"Ya cruzamos nuestra línea roja", afirmó el ministro de Líbano, mientras que el representante de Jordania advirtió que "el uso de armas químicas es una amenaza para la región y para el mundo".

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