México, marzo (SEMlac).- Las madres víctimas de feminicidio, representantes de Naciones Unidas, fiscales y especialistas coincidieron en que los crímenes contra las mujeres en México quedan impunes por impericia e indiferencia, pero principalmente por una cuestión social e ideológica que propicia que la violencia de género se consienta y también por una cadena de complicidades de un sistema judicial corrupto.
Con esas certezas, más de 30 intervenciones en la realización este 11 de marzo de la primera Audiencia Pública denominada "Feminicidios: Emergencia Nacional e Impunidad Institucional", celebrada en la Cámara de Diputados, se buscó un intercambio entre autoridades y víctimas, mediados por legisladoras.
En esta audiencia quedó claro, según la narrativa de padres y madres, de quienes estudian el fenómeno o se ocupan de él como defensoras o activistas, que la mayoría de los casos quedan impunes; a las víctimas se les hace recorrer un camino sinuoso, en el cual las leyes no se aplican y algunas de ellas francamente no sirven.
Ahí se denunció que el Estado mexicano incumple, pese a recomendaciones internacionales, como el caso de Campo Algodonero de hace 10 años; se narró que, además, policías, ministerios públicos y jueces no actúan y la vida de 10 mujeres se pierde diariamente. El fenómeno se multiplicó exponencialmente en los últimos dos años. Además, cada hora se perpetra una violación sexual y en el feminicidio hay violencia sexual sistemática.
Pese a la importancia de la Audiencia, no se presentaron las autoridades federales. Sí quienes atienden las fiscalías del Estado de México y Morelos y un especialista en secuestro.
La narrativa del delito de feminicidio mostró, por primera vez, que el secuestro, la trata, los casos de violencia de pareja, la violencia política y el crimen organizado se entrelazan; que la violencia de género aparece enredada en el crimen y no es atendida con visión de género; se desoyen los planes y programas; se hace inútil el cúmulo de leyes; hay discriminación y falta de una visión integral.
Así, las mujeres mexicanas están en permanente peligro, como sus familiares; en tanto los casos específicos han generado la organización social que tiene cómo mostrar los dichos y está claro que no hay justicia, que se revictimiza a las y los ofendidos; que las leyes no se aplican, para unos y para otras ni siquiera.
La jornada llamada por la coordinadora de la subcomisión legislativa de Feminicidios y Violencias hacia las Mujeres, que preside la diputada de Morena Lorena Villavicencio Ayala, tomó nota de cada situación. La legisladora habló de hacer, a partir de ahora, un marcaje personal a funcionarios y policías, a responsables de impartir justicia, para determinar su situación laboral o ministerial, como una forma de parar la estulticia.
Teresa Ulloa Ziáurriz se refirió a la conexión de la trata con el secuestro y el feminicidio y denunció que la quita de recursos que anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador, además de injusta y ofensiva para la sociedad civil feminista, generará el aumento del crimen.
Los padres y madres de una reciente agrupación llamada Voces de Ausencia significaron el análisis en la enorme cantidad de niñas -entre ocho meses y 14 años-, víctimas sucesivas y permanentes de feminicidio, por lo cual llamaron la atención a las autoridades que son omisas en la respuesta inmediata que se necesita ante cualquier desaparición. Una acción rápida podría hacer la diferencia, dijeron.
En la mesa Teresita Canto, de Yucatán, narró profusamente cómo los feminicidas con poder consiguen ejecutar sus crímenes, en la cadena de corrupción, cobijados por todas las autoridades; así asesinaron a su hija, al final de un recorrido de varios años de acciones corruptas y de ejercicio de poder.
La Comisionada Nacional de Búsqueda, Karla Irasema Quintana, habló de falta de herramientas de los servidores públicos; de los entramados difíciles y las múltiples reglamentaciones, que hacen inútil la justicia.
Intervino Gualberto Ramírez Gutiérrez, de la Unidad Especializada en Investigación de Delitos, quien dijo que sí hay métodos modernos de investigación, pero son muy pocos. Hizo un relato de dos casos "exitosos". Consideró que es un error, en el sistema de justicia, no oír a las víctimas o a sus familiares.
Andrea Nomdedeu, de Amnistía Internacional, narró acerca de cómo han crecido los crímenes y el Estado es omiso frente a las recomendaciones y los hechos.
Los casos, los ejemplos, narrados por más de siete horas, arrancaron momentos de emoción y frustración. Las legisladoras, más de tres ahí presentes, se comprometieron a sistematizar, actuar y encontrar nuevos caminos legislativos, pero también a gestionar.
Un hombre de Guanajuato, Arturo Moreno, consideró que las víctimas que denuncian y narran sus dolores son también, en estos ejercicios, revictimizadas.
Según María Salguero, activista y creadora del Mapa del Feminicidio, solo con las notas de prensa que ella analiza, sigue y ordena se puede afirmar que llegan a casi 10 asesinatos de mujeres todos los días, como resultado cada vez más visible de la actuación desmedida del crimen organizado.
Narró casos, nombres y situaciones en los cuales aflora la impunidad, pero también cambios en las víctimas e impericia en las investigaciones. ([email protected])