Ottawa, 15 Ene (Notimex).- La joven saudita Rafah Mohammed al-Qunun es libre y feliz en Canadá, aunque para lograrlo tuvo que esperar la edad para ser tratada como adulta, incluso en su camino llegó a pensar en el suicidio.
Al-Qunun, la joven saudita de 18 años quien atrajo la atención internacional a principios de mes al escapar de su familia en un viaje a Kuwait, está “a salvo” desde el sábado pasado en Canadá, país que le dio asilo tras la petición del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
En las primeras declaraciones desde su llegada, Al-Qunun dijo a la televisión pública CBC que la libertad es un sentimiento hermoso y valió la pena arriesgar su vida para poder vivir libremente y ser independiente, y está muy feliz de estar en Canadá. “Sentí que renací, especialmente cuando sentí el amor y la bienvenida”, dijo.
Afirmó que sufrió maltrato de su familia, tanto físico como mental, desde que tenía 16 años, y desde entonces pensaba en escapar, pero fue hasta que cumplió los 18 cuando se sintió capaz de hacerlo, porque –dijo- sería tratada como una persona adulta en el mundo y podría tomar sus propias decisiones.
"Estuve expuesta a la violencia física, persecución, opresión, amenazas de muerte. Estuve encerrada durante seis meses", dijo en árabe, describiendo lo que sucedió después de cortarse el cabello. "Sentí que no podía lograr mis sueños que deseaba mientras viviera en Arabia Saudita".
Explicó que vio la oportunidad de escapar a principios de enero, cuando al lado de su familia viajaría a Kuwait a unas vacaciones. “Una vez que estoy en otro país, puedo viajar y está permitido", dijo.
Así fue como la joven saudita escapó de sus padres, de Kuwait voló a Tailandia, donde las autoridades intentaron detenerla, incluso entregarla a sus padres, pero Al-Qunun no desistió de su objetivo y se atrincheró en el hotel de tránsito del aeropuerto de Bangkok.
En Tailandia, donde fue apoyada por el ANCUR, su único medio de comunicación fue su celular, a través del cual utilizó la red social de Twitter para dar a conocer su situación, que llamó la atención mundial, incluso avisó a sus amigos que atentaría contra su propia vida en caso que la regresaran con su familia.
Ahora en Canadá, está feliz y espera llevar una vida normal, estudiando y explorando, aunque sí un poco triste por su familia, de acuerdo con sus declaraciones a CBC.
Desea ser una voz para las mujeres de su país y que ellas mismas luchen por lograr cambios en Arabia Saudita.
Al-Qunun culpa a su padre de quererla obligar a un matrimonio forzado y decidió renunciar al Islam y a su país, donde las mujeres son sometidas a varias restricciones, además de ser obligadas a estar bajo la tutela y autoridad de un hombre (padre, esposo u otro, según el caso).
Joven saudita se siente “libre y feliz” tras asilarse en Canadá
15
de Enero
de
2019
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