Parto humanizado, fuera de instituciones

21 de Mayo de 2018
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Young beautiful woman with a newborn baby after birth
Young beautiful woman with a newborn baby after birth
Oaxaca, México, mayo (SEMlac).- El programa que ofrecía a las mujeres un parto humanizado en el servicio público en Oaxaca, desapareció. Incluso es visto por la sociedad civil como una simulación, pues la visión de patologizar los nacimientos persiste.

Ahora, el personal médico capacitado solo puede optar por un parto fisiológico o una cesárea, sin salirse del modelo convencional medicalizado.

El único programa de parto humanizado o vertical a nivel estatal, que comenzó hace siete años en el Hospital General doctor Aurelio Valdivieso, se extinguió antes de las adecuaciones a una norma que, desde hace dos años enuncia el derecho de las mujeres a moverse libremente durante todo el trabajo de parto.

No fue necesario un cambio de administración gubernamental, "ya no se gestionaron los recursos" y se dejó de lado un proyecto que permitía a Oaxaca cumplir con la normatividad de salud de acuerdo con estándares internacionales, advirtió Félix Ángel Quintero Michel, gineco-obstetra del Valdivieso.

El excoordinador de capacitación del parto humanizado de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) recuerda que, de 2009 a 2011 bajo ese programa piloto de parto humanizado o desde una atención con un enfoque intercultural, ocurrieron 400 nacimientos.
"Fue una innovación en toda la Secretaría de Salud a nivel federal", rememoró. Todo consistió en adecuar "un módulo específico para la atención de las mujeres embarazadas", de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Se buscó respetar los derechos humanos de las mujeres, pero también de su recién nacido e incluso de su esposo o pareja.

"Comenzó poco a poco. No se podía realizar masivamente porque solo se tenía un cubículo para atender un parto a la vez". Fueron "cuestiones de infraestructura" del propio Hospital Valdivieso y la intervención de la Red Obstétrica Metropolitana lo que propició que el proyecto se transfiriera.

Se llevó al Centro de Salud con Servicios Ampliados (CESSA) de Tlalixtac de Cabrera, donde operó en dos etapas divididas de 2011 a 2015, pero en ese último año "se perdió".

Al no fomentarse el parto humanizado, "la calidad en la atención es menor a la esperada" y subyace un problema: el servicio hacia las mujeres embarazadas es inadecuado.

Simulación
Para Araceli Gil Archundia, integrante de la Asociación Civil Nueve Lunas, Quintero Michel enfrentó mucha oposición para implementar el parto vertical o humanizado que se convirtió en una acción gubernamental de "simulación".

Hubo "un intento" de cambiar la visión de cómo se atiende a las mujeres a las que se les siguen realizando "los mismos rituales médicos invasivos" que se sustentan en la "patologización del parto", un evento natural al que se le teme y se le aumenta el grado de intervención médica.

Incluso, recuerda que el Gobierno Federal envió tres millones de pesos (157.894 dólares) a Oaxaca, pero lo único que se vio es la compra de balones, el cambio de piso y algunos cursos de capacitación, sin que se dieran cuentas de cuál fue el destino de esos recursos.
"Se siguen haciendo los mismos rituales invasivos y se sustenta la patologización del parto que es un evento natural, lo que eleva el miedo y el grado de intervención que se cree que se requiere", advierte Araceli Gil.

Esa visión repercute para que se normalice "una dependencia médica" que no existe e impide a las mujeres "no tomar el lugar de poder sobre su cuerpo", que sean las protagonistas y no se les hagan intervenciones innecesarias.

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