Venta de buñuelos, una apuesta para seguir con legado familiar culinario

31 de Diciembre de 2019
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México, 31 Dic (Notimex).- Para Aurora Benítez Sánchez vender buñuelos en las ferias tradicionales más que un negocio es un orgullo, porque representa el oficio con el cual sus padres sacaron adelante a sus hermanos y a ella.

Doña Aurora, de 47 años, se dedicaba a la venta de hot cakes también en las distintas ferias donde los invitan a lo largo del año; sin embargo, su madre falleció y más tarde su hermano, por lo que decidió cambiar de giro para que no se perdiera la tradición familiar.

“Mi mamá se dedicó 40 años a la venta de buñuelos, pero murió y mi hermano fue quien se encargó de continuar con el negocio. Hace siete años él también murió y no quise que se perdiera la tradición, era el deseo más grande de mi madre”, expresó mientras echaba a freír harina para un buñuelo.

Las quemaduras que le provoca el aceite que brinca mientras se fríe la harina en las grandes cazuelas no es lo más peligroso a lo que se enfrenta Aurora, sino a la delincuencia, que es lo que más le preocupa, por lo que debe pasar la noche en su puesto.

“Aquí tenemos nuestras cobijas y nos quedamos todas las noches mientras dura la feria, porque a veces se meten a los puestos y se roban nuestras cosas”, comentó.

En compañía de su hija y su nieta, doña Aurora pasará hasta el 6 de enero próximo la noche en las bancas que tienen dispuestas durante el día para que sus clientes se sienten, si así lo desean, y disfruten de su buñuelo con un atole o un ponche calientito.

“No es fácil dedicarte a la venta en ferias, hay mucho cansancio de por medio, pero también tenemos nuestra plaza afuera del Metro Tepito, donde cuando no tenemos feria vendemos a partir de las 16:00 horas y hasta la medianoche”, mencionó.

Portando cubreboca y una malla para el cabello, invita a todo aquel que pasa a que se acerque y pruebe los buñuelos. “A toda la romería se le invierte mucho, pero también se le gana bien, por eso estamos aquí”, mencionó aun cuando el frío cala los huesos.

Sobre el proceso para preparar los crujientes bueñuelos, dijo: "Es fácil pero tardado, primero necesitamos batir la harina, ponerle vainilla o canela, y se deja reposar por seis o siete horas, y luego ya lo empezamos a hacer.

Al sacarla de la cazuela de aceite, la harina luce aguada, por lo que debe dejarse enfriar a temperatura ambiente por lo menos dos horas para que se haga crujiente.

“A las 11 de la mañana ya estamos batiendo la harina para que repose y a las siete u ocho de la noche ya los podemos hacer. Mientras estamos haciendo el ponche o el atole, porque entre más reposa la harina, más ricos saben los buñuelos”, señaló sonriente mientras compartía de qué ingredientes se vale para preparar esta masa frita que es popular, sobre todo durante en Navidad y Año Nuevo.

A decir de Aurora Benítez Sánchez, este “pan dulce” es consumido principalmente por adultos y personas de edad avanzada, y al día vende al menos 22 de los buñuelos tradicionales, cuyo precio es de 45 pesos. “Lo que nos ayuda es que vendemos también atole y ponche, eso sale más rápido”, anotó.

Luego de más de 20 días en la tradicional feria de Buenavista, en la Ciudad de México, doña Aurora y sus hijos se desplazarán hacia Coyoacán, donde montarán un puesto hasta el 2 de febrero, Día de la Candelaria, y posteriormente volverán a su lugar en Tepito. “De esto vivimos y lo disfrutamos. Es como seguir teniendo presentes a mi mamá y hermano, es por necesidad y por la tradición de seguir el negocio de la familia”, dijo

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