Ya son 11 amparos promovidos por falta de pago a los programas del Bienestar. En su mayoría, los promoventes son menores de edad que viven con alguna discapacidad y adultos mayores.
Muchos tienen que recorrer largos caminos o distancias desde sus localidades, donde no hay ni siquiera transporte, para obtener el supuesto beneficio que implica esta beca.