"Viví en casa de Elizabeth Taylor una temporada, en su mansión en las colonias de Beverly Hills. En el salón había jarrones llenos de cocaína. Una noche compartí con ella un porro gigante. Y me puse a tocar el piano. Frenéticamente. ¡Tenía la impresión de ser un prodigio!", confiesa Michel al semanario Point.
El músico francés vivió una noche de desenfreno en la casa de Beverly Hills en la que no faltaron las drogas
Aunque en aquel momento el intérprete tenía la impresión de estar componiendo el mejor álbum de toda su carrera, a la mañana siguiente se dio cuenta de que las drogas le habían jugado una mala pasada, ya que en realidad se había pasado todo el tiempo aporreando el teclado sin ton ni son.
"Al día siguiente escuché la grabación. ¡Me había pasado una hora tocando en re mayor", añade.