Precisamente por eso, no debería resultado demasiado sorprendente que la extrovertida artista haya querido revelar ahora que, al igual que otras muchas parejas, su convivencia diaria con el guapo intérprete -con el que lleva varios meses acudiendo a terapia- no está exenta de contratiempos y de retos que superar.
"Todos los humanos queremos ser aceptados, y yo no soy una excepción, y para poder conseguirlo debemos evitar presentarnos ante los demás como si fuéramos perfectos".
"Creo en la necesidad de hablar de tus fallos, de las heridas y de los golpes que te llevas en tu día a día. Eso es lo que nos hace conectar como personas y, en definitiva, ¿no es ese el sentido de que estemos en este mundo?", explica a la revista Redbook al ser preguntada por el estado actual de su matrimonio.
Al aceptar con total naturalidad que la vida es mucho más compleja y dura de lo que tratan de aparentar ciertos perfiles de Instagram plagados de idílicas estampas.
Kristen -madre de los pequeños Lincoln (4) y Delta (2) con Shepard- ha venido desarrollando estos años unos niveles de optimismo que le llevan a afrontar el futuro con total determinación, pero también una mayor "empatía" hacia todos aquellos que tratan de deprimirla con su negatividad.
"En los últimos cinco años he llegado a un estado de felicidad antes desconocido, y me he dado cuenta de que también siento una mayor empatía para con todos aquellos que son infelices y de alguna forma se lo hacen pagar a los demás. Mi mentalidad en este sentido es la de: 'Pero vamos a ver, solo tenemos una vida, ¿es así como quieres vivirla?'", relató en la misma conversación.