“Rodillas juntas, codos hacia arriba, un erotismo exacerbado, y todo el tiempo tienen que estar presentes, desde su columna vertebral, eso ha sido una de las estilizaciones más complejas que hemos trabajado a nivel de movimiento, cómo definir la figura del personaje”, detalló.
En ese marco, añadió quien desempeña un papel central el montaje coreográfico de la obra original de Daniel Catán (1949-2011), otro de los retos es hacer brillar a todo el elenco, incluyendo al tenor Alan Pingarrón, sobre el escenario en materia de baile.
Desde diferentes ámbitos, explicó, ella y Luis Martín son de alguna forma codirectores, pues deben conformar las piezas dancísticas en esta obra que conmemora los 70 años del nacimiento de Catán.
“Hemos estado en varias producciones, antes en el Teatro del Bicentenario, con el barítono Josué Cerón, uno de nuestros intérpretes más maravillosos para la escena, lo disfrutamos mucho, por lo que ahora tratamos de hacer lo mismo con el tenor Pingarrón”, explicó.
Recordó que la primera vez que vieron a Pingarrón se dieron cuenta que posee una luz maravillosa en escena, destaca por la forma de resolver las cosas, por lo que para ella ha sido una experiencia inigualable compartir y trabajar con él.
“Por la luz que tiene él, por la persona que es, por la voz impresionante y por la manera en que juega en el piano, también cuando nos delita en los descansos, lo que quiero y lo que sucede con todos los intérpretes es hacerlos brillar”, enfatizó Torres, quien se especializa en danza, teatro y ópera.
La ópera, que tendrá funciones los días 26, 28 y 30 de mayo, así como el 2 de junio, se ubica en los años 40, en la isla de Salsipuedes, donde “Ulises” y “Chucho” se encuentran después de haberse casado con las hermanas “Lucero” y “Magali”.
Entonces son llamados a entonar el himno nacional, en una ceremonia inesperada que tendrá lugar en el muelle.