Permisos retrasan proyecto de la nueva sede de la AML

10 de Marzo de 2013
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México, 10 Mar. (Notimex).- Una serie de permisos y licencias de al menos cuatro instituciones, entre federales y locales, tienen retrasados los trabajos de la nueva sede de la Academia Mexicana de la Lengua (AML) en el barrio de Coyoacán.

Luego de que la propia AML recibiera en octubre pasado 100 millones de pesos para comprar el predio conocido como Arboterum Miguel Ángel de Quevedo, Jaime Labastida Ochoa, presidente de la AML, informó que requieren permisos en los que están involucrados la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), la propia delegación de Coyoacán y los institutos nacionales de Bellas Artes (INBA) y de Antropología e Historia (INAH).

De acuerdo con el también director de la editorial Siglo XXI, se trata de "escollos que llevan tiempo, porque así son los permisos, lentos".

"Ya tenemos una resolución de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del Distrito Federal, tenemos aceptación por parte de los vecinos. Lo que hace falta, son esos permisos para poder avanzar en el proyecto, además de recursos, y no es que se dificulten, sino que los permisos son así, lentos", insistió.

Entre los permisos que se requieren para que el proyecto avance, destacan desde los de impacto ambiental, incluso cuestiones jurídicas, "esto porque nosotros vemos ésto como un sólo predio, pero en realidad hubo ocho herederos y son cuatro predios diferentes que están lotificados de manera distinta, en el Registro Público de la Propiedad aparecen como predios diferentes".

Entonces, agregó, hay que salvar este escollo, es una cuestión estrictamente notarial, de escrituras; separar uno de los predios de otro que ya estaba vendido desde antes y luego fusionar los cuatro, que en su conjunto le pertenezcan como una sola unidad a la AML.

Por lo que hace al estudio botánico realizado en ese lugar por el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México, con la finalidad de medir el impacto ecológico y ambiental en la zona, dijo que está listo.

"Es un problema de tiempo; hablamos de estudios de construcción, dictamen de impacto ambiental, todo esto se tiene que saber a tiempo, es lo que hace falta, además del visto bueno del INAH e INBA.

Según el escritor y poeta, los permisos y licencias que faltan aún por recibir, no dificultan ni atoran los trabajos del proyecto.

"Es decir, hay que salvar eso, tan pronto se disponga de la información y de los recursos, avanzaremos. No saltaremos por encima de ningún reglamento de las normas que tiene la ciudad", señaló.

"La Casa de la Palabra" será el nombre del recinto que ocupe ese inmueble del siglo XIX, de cerca de 11 mil metros cuadrados, el cual se erigirá en la calle Francisco Sosa, casi esquina con Panzacola, Coyoacán.

Ese predio, con superficie superior a una hectárea, será el nuevo hogar de escritores, académicos y especialistas dedicados a la preservación, defensa y cultivo del español en México.