Mónica Cruz: 'Me siento orgullosa de ser la hermana de Penélope Cruz'

Aunque se ha labrado una versátil carrera profesional que le ha llevado a explotar al máximo su vena artística -como bailarina, actriz y diseñadora-, Mónica Cruz nunca ha podido evitar que su perfil público se vea constantemente asociado a su condición de hermana de Penélope Cruz, pero lejos de suponer un inconveniente para ella, la artista está "orgullosa" de que se la relacione con la oscarizada intérprete y del éxito que esta ha alcanzado en la industria de Hollywood.

"No tengo ningún problema en que me identifiquen como la hermana de Penélope Cruz. ¡Cómo voy a tenerlo! Para mí, como para toda la familia, es un orgullo tremendo. La quiero, me alegra verla feliz, y la admiro por todo lo que ha conseguido. Ser la hermana de Penélope ni me ha ayudado ni me ha perjudicado. Al final tú misma tienes que hacer tu camino, independientemente de quién seas y de tu apellido", asegura Mónica a la revista Mad Men Magazine.

Lo cierto es que en los últimos tiempos Mónica también se ha destacado por haber reducido su carga de trabajo para poder dedicarse en cuerpo y alma a su hija Antonella (3), de la que se quedó embarazada por inseminación artificial y a quien sin duda ha convertido en el centro de su vida.

"Estoy todo el día con ella. La llevo al cole, la recojo, vamos al parque con los otros niños... Una maruja. He bajado mucho el ritmo para poder disfrutar de ella al máximo. Ya lo sabía, pero ahora me ha quedado claro que tener un hijo hace que tus prioridades cambien. Si profesionalmente llegara a afectar este parón, me daría absolutamente igual. Me dedicaría a otra cosa. Lo más importante para mí es estar presente en estos años que son cruciales para ella. Ahora hemos empezado el cole y no quiero perdérmelo", añade.

Al igual que sus hermanos Penélope y Eduardo, Mónica se siente especialmente afortunada de haber contado con unos padres -Encarnación y Eduardo, quien falleció el año pasado- que sobrellevaron con total naturalidad el ascenso a la fama de sus hijos, hasta el punto de que hoy en día su madre no dudaría en darles a los tres "una colleja" si perdieran la humildad y la modestia que les inculcaron.

"Nunca les ha descolocado y eso ha sido fundamental. Han sabido llevar la situación y eso nos ha ayudado a tener los pies en la tierra. Mis padres no habían vivido nunca algo así y se podrían haber sentido algo perdidos a la hora de guiarnos. Pero no fue así. Mi madre, que es quién ahora está con nosotros, nos mira como madre y nos pone en su sitio. No le importan las alfombras rojas. Si alguna vez nos hubiera visto a alguno con algún amago de tontería nos hubiera dado una colleja tan a gusto".