No existe causa única en la muerte de Jenni Rivera

04 de Diciembre de 2013
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photo_278842_20131203México, 04 Dic 13.- A cinco días de cumplirse el primer aniversario luctuoso de Jenni Rivera, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) informó que el accidente fue resultado de una secuencia de hechos, donde no se cumplió la normatividad por parte del piloto.

Además comunicó que no es posible determinar una causa única de lo ocurrido, debido al “alto grado de destrucción de la aeronave”.

Entre las negligencias cometidas, el operador de la avión Learjet LR-25, Miguel Pérez Soto, de 78 años, no permitía que se realizaran anotaciones en las bitácoras de las fallas que detectaban los tripulantes, como el que la aeronave volaba desalineada y vibraba al alcanzar la velocidad de crucero (aquella en la cual se mantiene el avión en la mayoría de su trayecto).

Hace un año, Édgar Báez, quien piloteó durante 12 años de su carrera un Learjet Modelo 35, y que conoció al fallecido capitán Pérez Soto, dijo en entrevista que su colega no contaba con los permisos necesarios para volar.

La omisión fue confirmada por el documento que expidió la DGAC, el cual especifica que la licencia de Piloto Comercial Número 200112880 se expidió el 29 de enero de 2012, contraviniendo lo establecido en el artículo 42 del Reglamento para la expedición de permisos, licencias y certificados de capacidad del personal técnico aeronáutico, ya que debía estar limitada a la actuación como copiloto y en aeronaves menores a 5 mil 700 kilogramos de peso máximo de despegue.

No obstante, se puede leer en el documento que el piloto Alessandro Torres, de 21 años (con licencia FAA Número 3607542), no contaba con capacidad que lo autorizara a volar en este equipo fuera de los Estados Unidos. El operador de la aeronave N345MC omitió la vigilancia de la normatividad nacional e internacional.

De acuerdo con la investigación, en ningún momento la tripulación reportó a los Servicios de Control de Tránsito Aéreo una declaratoria de falla o emergencia, situación que Báez calificó en su momento como “extraña”.

La situación se pudo apreciar en las imágenes de la pantalla Radar en los últimos 2:50 minutos de vuelo de la aeronave, lo que pudo haber sido provocado por una falla en el estabilizador horizontal que ocasionó de manera súbita un ‘cabeceo’ por inicio de barrena (desplome) y provocó una caída vertical sin control.

La aeronave tenía 43 años de antigüedad y no existía ninguna condición meteorológica adversa que pudiera haber contribuido al accidente y no se incendió ni explotó en vuelo, según se constató en el lugar de la tragedia, donde perdió la vida la cantante y seis personas más. Fuente: Milenio/Agencia México

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