Misael Rodríguez, el boxeador que regresó la medalla olímpica a México

18 de Junio de 2018
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México, 18 Jun (Notimex).- El boxeador Misael Uziel Rodríguez Olivas, el “Chino”, medallista en Río 2016, no esperaba dedicarse al deporte, pero no le sorprende haber terminado con el bronce en la justa olímpica, con lo que le devolvió a México una presea en esta actividad después de 18 años de sequía.

Viene de una familia dedicada al ganado, pero aficionada al deporte; desde pequeños, su madre Aurelia Oliveros se los inculcó a él y a sus hermanos Jesús Magdiel, Aarón Francisco y Ramón Eduardo.



“Mi mama siempre nos enseñó a mí y a mis hermanos, ella siempre practicó el voleibol, yo estuve en escuela de futbol, escuela de béisbol, hasta voleibol, también atletismo, pero finalmente me decidí por el box hasta los 15 años, ya un poco grande”, dijo en entrevista con Notimex.




El primer acercamiento que tuvo el oriundo de Chihuahua con unos guantes de boxeo fue gracias a su tío, quien en modo de juego ponía a él y a sus hermanos a pelear, al igual que los juntaba a ver funciones de box por televisión.

“Hasta que vi la pelea de Juan Manuel Márquez con el ‘Torito’ Díaz fue la que me motivó; el lunes ya estaba buscando un gimnasio de box. Me llamó bastante la emoción que sentían mis familiares al ver que un mexicano ganaba y me dieron ganas de que algún día fuera yo ese mexicano”.

Misael viene de una familia de tres varones que estuvieron a cargo de su madre después de que el peleador chihuahuense perdiera a su padre, Jesús Manuel Rodríguez, cuando él tenía seis años.

“Yo le dije (a su mamá) que me gusta, que es lo que me apasiona, es lo que me gusta hacer día con día, y ya ella me comprendió; al principio fue un poco difícil, pero como fueron llegando los resultados, ella también le fue gustando y solo me puso la condición de que entrenara muy duro y que no me golpearan”.

A los 15 años el púgil se dio cuenta de que este deporte era su pasión, a pesar de comenzar a una edad avanzada en el mundo del boxeo, pero las habilidades adquiridas desde pequeño le ayudaron para destacar.

A los 17 años intentó entrar a la universidad, pero no lo logró, y lo mandaron a Estados Unidos a estudiar inglés, donde entró en high school durante un año y medio, pero nunca pudo alejarse del boxeo, hasta el punto que se quedó a nada de debutar en lo profesional.



“Hablé con mi entrenador de Chihuahua y me dijo que había un torneo estatal y que me servía de fogueo para llegar mejor preparado a lo profesional, en ese torneo quedé campeón y a los 15 días era el nacional y volví a quedar campeón, y de ahí me invitaron a la selección nacional”.




El joven boxeador aceptó la invitación para integrarse a la selección nacional a los 19 años, ya que venían torneos internacionales. El “Chino” consiguió su pase a Juegos Centroamericanos y del Caribe en menos de seis meses y ganó su primera medalla de plata en Veracruz 2014.

“Fue el inicio de todo, al ver tu bandera entre los mejores países, al disputar una final aquí en mi país, en Veracruz, pues sentía algo que no se siente todos los días y seguí por ese camino; entonces, pausé totalmente lo de profesional y me concentré en los Panamericanos, en el Mundial y en Juegos Olímpicos”.

Un año más tarde, el originario de Parral, Chihuahua, se hizo del bronce en los Panamericanos de Toronto 2015. Previo a viajar a los Juegos Olímpicos tuvo que salir a las calles de la Ciudad de México, junto a sus compañeros, en busca de conseguir ayuda económica para poder pagar los gastos de su viaje al Mundial en Doha, Qatar.

“Me llena de orgullo haber hecho eso con mis compañeros, es una familia. Yo disfruté mi medalla, disfruté estar con mis compañeros y pueden ver en las fotos en la ciudad, yo siempre aparezco riendo”.

Misael ganó su boleto a los Juegos Olímpicos de Río 2016 en el Preolímpico en Buenos Aires. Ya con 22 años, en sus primeras Olimpiadas, el “Chino” consiguió una medalla de bronce tras perder en la semifinal de la categoría de 75 kilos ante Bektemir Melikuziev, de Uzbekistán.



“Al momento de ir a la inauguración y entrar al Maracaná, un estadio que es legendario, verlo todo lleno, ver algunos paisanos míos con la bandera de México, es algo muy bonito, que te queda para toda la vida”, sostuvo.




El púgil hizo historia ya que la medalla no se había conseguido para México en 18 años, desde que la obtuvo Cristian Bejarano, en los Olímpicos de Sídney 2000.

“Teníamos esa presión, solamente que no estaba en mis hombros, porque yo dure dos años en el Comité Olímpico, y si a alguien le tenían que exigir no era a mí, porque yo era el de menos experiencia, y creo que eso fue un punto importante, no tenía nada de presión”.

Cada victoria Misael se la dedica a su madre Aurelia y la medalla olímpica no fue la excepción, “la verdadera medallista olímpica es mi mamá, pienso que ella nos sacó adelante a mis hermanos y a mí, yo le entregué la medalla y no la he vuelto a ver”.

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