Antonio Argüelles, un atleta que vence las adversidades del mar

19 de Agosto de 2017
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México, 19 Ago (Notimex).- Antonio Argüelles dice que en la vida siempre se debe arriesgar y no quedarse en la mediocridad. Su talento y el gusto por la natación lo han colocado entre los siete nadadores de aguas abiertas a nivel mundial que han cruzado los Siete Mares.

Dice que cuando se busca un reto en la mar, se le debe pedir permiso, porque ese tipo de aguas guarda de manera celosa su esencia y no quiere intrusos y coloca obstáculos en cada brazada y recorrido.

Pero más allá de los escollos, el principal rival es uno mismo. Por lo que no se vale errar y se tiene la certeza de poder llegar, aunque en ocasiones, el destino tiene otro final.

Antonio sabe de eso porque es un hombre dedicado a los retos. Es un nadador que tiene en la piel tatuada la dedicación y entrega. Lo sabe porque en la pequeña alberca de su casa, ha dejado cúmulos de valor y en cada brazada su también su futuro, pero sin avanzar.

Hace apenas unos días, se convirtió el séptimo nadador en terminar los Siete Mares. Un serial de nados a mar abierto que tocan, casi todo el mundo en los cinco continentes, en donde el esfuerzo del cuerpo se mide con el temple de las aguas interminables.



“Estoy muy contento, es una meta que me puse hace dos años y medio”, subrayó.




Antonio, un hombre exitoso de 58 años edad, abre las puertas de su casa para hablar de su pasión. Para compartir algunos pasajes en sus travesías que lo han colocado, aunque a él no le gusta, en la historia del deporte mexicano.

Hace un par de semanas se convirtió en el séptimo nadador en completar el “Siete Mares”. De esta manera, se unió a la lista que comandan el irlandés Stephen Redmond, la sueca Anna-Carin Nordin, los estadunidenses Michelle Marcy y Darren Miller, así como el inglés Adam Walker y la neozelandesa Kimberly Chambers.

“Estoy muy contento, no sólo porque termine ese trayecto, sino porque me da oportunidad de hablar de lo que me gusta, de lo que me motiva, de lo que creo: que la activación física es una parte muy importante de la vida de las personas”, señaló.

Pero más allá de activar al país, expresó, es un tema personal, ya que por más planes que haga el gobierno y por más esfuerzo de concientizar a la sociedad, “si no lo haces y no crees en ello, difícilmente va a cambiar. Debemos quitarnos de la mente que activación física no es deporte”.

Recuerda que cuando se decidió por retar al mar, fue como parte de un festejo para conmemorar sus 40 años de vida. Se acercó al alpinista Hugo Rodríguez para proponerle escalar el Everest, una de las montañas más altas del mundo.

“Se armó la revolución cuando se lo comuniqué a mi familia. Las lágrimas empezaron a fluir y me convencieron de que no fuera. Y entonces dije, si no voy al Everest, entonces voy a hacer el Everest de la natación”, apuntó.

Sin sumergirse a una alberca cerca de 18 años, buscó a Nora Toledano, una deportista de amplia trayectoria en las aguas abiertas, para iniciar sus entrenamientos y con el paso del tiempo, las aguas de Las Estacas, un lugar en Morelos, pasó a las aguas del mundo.

“Vas a nadar tres horas”, fue la advertencia que lanzó Nora Toledano al hombre que deseaba trazar su destino en la mar. Antonio aceptó y fue así fue como comenzó las travesías.



“Nadé Catalina, la Vuelta a Manhattan, el Canal de la Mancha, después del terrible episodio de Fausta Marín en 1999 y me convertí en la séptima persona en nada la Triple Corona. Ya son dos veces que soy el séptimo”, aseveró entre risas.




Para Antonio fue motivación saber que a pesar de la edad, sí podía seguir en la natación a mar abierto. Y repitió la misma historia, pero ahora una década después. Sin embargo, la “espinita” de escalar una montaña seguía y se acopló a los alpinistas Badía Bonilla y Mauricio López para experimentar.

“Fuimos a La Malinche (entre Puebla y Tlaxcala) y en una de las bajadas me lastimé la pierna, no supe de la magnitud de la lesión, pensé que era una pequeña fisura en la rodilla y así seguí, pero el dolor aumentó y fue una fractura de 25 centímetros. Me di cuenta que eso no era lo mío”, recordó.

Agregó que en reunión de amigos, compartió con Ivar Sisniega, expentatleta olímpico y exdirector de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), que estaba cerca de llegar a la tercera edad y sentía el deseo de nadar a mar abierto. En plena rehabilitación de la caída de La Malinche, apareció Patricia Colman, una experimentada nadadora, quien anunció que había plan llamado los Siete Mares.

“No, no, ¿qué es eso? Me explicó que era una serie de nados de importantes estrechos en el mundo como el de Gibraltar, el Canal de Molokai y el Canal del Norte, entre otros. Y de manera de burla me dijo que no sería el primero y además ya estaba viejo”, asentó.

A partir de ese momento inició la serie de aventuras, que más tarde se convirtieron en una deliciosa época de viajes a los lugares más extraordinarios para retar al ser humano: El mundo del mar.

(Primera parte)

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