“Violar desde el poder”, el miedo ante lo inconcebible en México

18 de Agosto de 2022
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Ciudad de México, 18 ago (EFE).- Mujeres y menores de edad violados o abusados por servidores públicos mexicanos protagonizan “Violar desde el poder”, un libro en el que la periodista Yohali Reséndiz entrevista a víctimas de violencia sexual cometida y encubierta por el oficialismo y la oposición en México.

"Es inconcebible que un ser humano pueda lastimar a otro de estas maneras", dijo la autora en entrevista con Efe este jueves.

Se calcula que 4,5 millones de niños al año sufren abuso sexual infantil en México. De cada 1.000 casos de abuso sexual o violación en el país, solamente 100 llegan al juez y únicamente uno tiene sentencia, compartió la periodista.

Reséndiz relata en este libro, a través del testimonio de las víctimas y sobre todo de sus madres, cómo el poder en México significa, en muchos casos, impunidad, incluso cuando se trata de este tipo de delitos tan atroces.

A partir del caso que Reséndiz destapó, que implicaba al entonces diputado oficialista Saúl Huerta, quien presuntamente abusó de varios menores de edad, fue que nació la idea de este libro, presentado la pasada semana.

Dijo, además, que no ha recibido muchas propuestas por parte de medios de comunicación para entrevistarla, a pesar de la gravedad de los temas tratados y de lo complejo que resultó para ella adentrarse en ellos pese a su experiencia.

“Siempre va a ser muy difícil adentrarte a esos temas, porque es inconcebible que un ser humano pueda lastimar a otro de estas maneras como ellos lo hacen”, compartió.

HACER MEMORIA

La periodista, con años de experiencia narrando situaciones de abuso sexual, insistió en la necesidad de que estos casos permanezcan en los medios y no se olviden poco después de haberse convertido en escándalos ya que, ante una sociedad y una clase política con memoria corta, “a los periodistas nos toca hacer la memoria”.

Sin embargo, consideró, “desafortunadamente en México a los medios de comunicación todavía les cuesta trabajo hablar de estos temas, exhibirlos”.

Reséndiz piensa que esto tiene que ver con la carga que se le da a cualquier tema relacionado con lo sexual, pero insiste en que esto debería pasar a un segundo plano cuando los hechos son tan graves y “alarmantes”.

“Los medios de comunicación solo toman estos temas cuando no les queda de otra, cuando ya en las redes sociales son viralizados”, espetó.

Sacar a la luz en los medios los casos del libro y muchos otros que suceden a diario en México es un derecho de las víctimas, opinó, además de un deber que los periodistas —y sobre todo los jefes de información— deben cumplir.

PRESION ANTE LA IMPUNIDAD

Y cuando se trata de violencia sexual ejercida por funcionarios, políticos o servidores públicos, la presión desde los medios es muchas veces la única opción para las víctimas y sus familiares, quienes conociendo la tasa de impunidad de más del 90 % en el país tienen miedo de compartir sus historias.

“Me encontré con mucho miedo, miedo de esa parte de pensar si lo hacían o no, de pensar en los efectos, en el castigo, en el señalamiento, en las consecuencias, en qué iban a decir las autoridades, de pensar en si era bueno o malo para el caso”, detalló la periodista.

Pero, a pesar del miedo, muchas personas logran compartir historias tan atroces como la de un exmagistrado que viola sistemáticamente a sus hijas o un diputado que se sienta sobre el miembro de sus jóvenes víctimas para que ellos no presenten signos físicos de violación.

Y todo para romper con una dinámica de impunidad y encubrimiento por parte de las autoridades, quienes —consideró Reséndiz— no están sensibilizadas y prefieren salvaguardar los intereses de los que están en el poder.

“Este libro debería hacer reflexionar a todo aquel que lo lea sobre qué clase de políticos, funcionarios o personas con poder están en este país”, terminó la periodista, no sin antes pedirles a los partidos —especialmente al gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena)— que no hagan oídos sordos ante las acusaciones a personas de sus filas.

“Quienes violan no son partidos, son hombres”, sentenció.

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