Víctima de abuso en Iglesia chilena: "Las investigaciones se han ralentizado"

12 de Febrero de 2022
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Santiago de Chile, 12 feb (EFE).- Con la Iglesia católica en el punto de mira por cientos de denuncias de pederastia en España, una de las víctimas más emblemáticas de abuso en Latinoamérica, José Andrés Murillo, denuncia en entrevista con Efe "impunidad" en el clero chileno y la ralentización en las investigaciones sobre los abusos en el seno de la Iglesia .

Hace más de una década, Murillo y otros dos damnificados, gatillaron el mayor escándalo que ha salpicado a la poderosa Iglesia católica de Chile al denunciar públicamente al ya fallecido sacerdote Fernando Karadima, condenado en 2011 por el Vaticano a "una vida de oración y penitencia".

En 2018 el papa Francisco reconoció una "cultura de abuso y encubrimiento" y desvinculó a una decena de clérigos en el país austral. Sin embargo, denuncia Murillo, el esfuerzo de reparación ha decaído y la Fiscalía "ha bajado mucho la intensidad de la persecución".

P: En Latinoamérica la Iglesia católica tiene mucho poder, ¿crees que ha sido un factor clave para que se dieran tantos casos de abusos?.

R: La Iglesia católica cuando yo era chico era una especie de espíritu, era la forma de comprender el mundo. Era omnipotente, omnipresente. Había un cóctel alucinógeno respecto del rol del sacerdote, que era un semidios sin serlo. Y sus requisitos para acceder al clero eran mínimos, no eran éticos ni espirituales sino intelectuales y de obediencia. Eso creo ha sido gran parte del problema.

P: ¿Crees que sigue siendo así después de todos las denuncias?

R: Sí. Todavía hay una serie de elementos que forman una sustancia alucinógena que deja a las personas muy debilitadas ante el poder. Falta una investigación profunda de las estructuras que logran que se de el abuso y el encubrimiento.

Son abusos que van más allá de los cuerpos, llegan a lo más profundo del corazón y eso es destructivo. Si la persona que se te aproxima lo hace con una investidura y con la garantía de venir de parte de lo divino, se produce una asimetría casi infinita que todavía se sigue dando

P: ¿Qué diferencia la situación de Chile de la del resto de Latinoamérica?

R: En Chile probablemente no vivimos lo más grave, pero sí hubo un nivel de publicidad mucho mayor porque tenemos mayor conciencia. Pero en Bolivia, Paraguay, México, Brasil o El Salvador, el poder que tiene la Iglesia Católica es muy peligroso. Hay una caja de Pandora que aún no se abre y que deberá abrirse: la impunidad. Aquí en Chile empezó a abrirse pero aún faltan casos que van a ser escandalosos.

CAMBIAR LA ESTRUCTURA DE PODER

P: ¿Ha habido avances sustanciales en Chile en materia judicial desde 2011?

R: Lo primero, es difícil determinar cuántas denuncias ha habido porque la Fiscalía normalmente toma las denuncias recientes, no las que están prescritas, y por la naturaleza de los hechos, muchas de las denuncias tardan mucho tiempo en llevarse a cabo.

Hay algunos que están en juicio, personas que no son curas, que son de parroquia. Pero, por ejemplo, un caso muy emblemático, el del excanciller del Arzobispado, Óscar Toledo, cuyo juicio no se ha hecho todavía pese a que tiene muchas víctimas. La verdad es que las investigaciones se han ralentizado y Fiscalía ha bajado mucho la intensidad de la persecución, lo que es curioso.

P: ¿Cómo ha evolucionado la respuesta del Vaticano desde la emblemática visita del Papa en 2018?

R: La respuesta ha ido decayendo. En 2018 fuimos al Vaticano y el Papa sacó un par de cartas que me parece que fueron correctas, como hablar de una cultura de abuso y encubrimiento. Luego llamó a todos los obispos de Chile y les pidió su renuncia.

Sin embargo, no sé si le faltó energía o hay un nivel de resistencia interna dentro de la estructura vaticana romana que le hizo imposible llevar a cabo los cambios necesarios, acciones enérgicas para detener el abuso, para prevenirlo, para cambiar la estructura de poder.

"UN REFUGIO PARA LOS ABUSADORES"

P: ¿Os queda esperanza de que la Iglesia emprenda nuevas indagaciones, especialmente ahora, tras las nuevas denuncias en España?

R: La verdad es que no lo sé. Nosotros hemos hecho de todo. Incluso fuimos a la casa del papa, hablamos con él y le expusimos esto. Yo le dije que aquí hay un problema de estructura y de ejercicio de poder. También le dije, ojalá algún día la Iglesia se transforme en un refugio para las víctimas y no en un refugio para los abusadores como es hoy en día. Y así seríamos aliados, ¿no?

P:¿Sigue habiendo el mismo nivel de corrupción en el seno de la Iglesia en 2011 y ahora?

R: Si. Hay un nivel de corrupción interna, dentro del Vaticano, dentro de la Iglesia... En Chile hoy hay una corrupción gigantesca porque creo que se vive lo que un académico psicólogo norteamericano llamaba "la paradoja del poder". Personas que toman poder a partir de una serie de herramientas de cuidado, pero cuando lo obtienen, eliminan todas esas habilidades.