Ciudad de México.- La defensora de Derechos Humanos Kenia Hernández Montealván, quien se encuentra en prisión preventiva desde hace un año, lleva 13 días en huelga de hambre porque se le negó el derecho a tener comunicación privada con su familia.
A través de un comunicado emitido este 28 de octubre, los diversos colectivos que acompañan a Kenia Hernández, entre ellos el “Colectivo Zapata Libre” (del cual Kenia es coordinadora), informaron que la defensora feminista permanece en huelga de hambre desde el pasado 17 de octubre.
Ella está en prisión preventiva en el penal federal de máxima seguridad número 16, en Morelos, desde el 25 de octubre de 2020, luego de haber sido acusada de siete cargos por delitos presuntamente cometidos en fechas y lugares distintos, cinco de los cuales aún siguen vigentes. Además de robo y robo con violencia (que son del ámbito local), la defensora fue acusada de obstruir las vías de comunicación, que corresponde al ámbito federal. Estas acusaciones estarían vinculadas con su actividad política a favor de las personas presas políticas, indígenas y mujeres, protestas que llevaba a cabo en las casetas.
De acuerdo con el comunicado, entre los motivos que propiciaron la huelga de hambre está que el 17 de octubre no se permitió el ingreso a un familiar que fue a visitarla y se le negó el espacio para tener comunicación privada. Ello a pesar de que su familiar cumplió con todos los requisitos burocráticos que establece el penal para la visita presencial.
Asimismo, a un año de prisión, no se le ha permitido la comunicación privada y personal con su defensor. Desde el pasado 1 de abril, la defensora denunció ante el juez de control que ordenó su prisión, que era víctima de de tortura psicológica y de otros delitos. Kenia Hernández requiere ampliar su declaración, para lo cual necesita hablar con su defensor de manera presencial y no a través de elementos electrónicos que podrían ser intervenidos. Aunque ha buscado denunciar formalmente estos hechos, el personal del mismo penal se rehúsa a recibir y entregar sus oficios.
De acuerdo con las organizaciones que la acompañan, la salud de Kenia Hernández se encuentra delicada, con graves dolores de cabeza que no han sido atendidos por el personal médico del penal.