Señala que, a pesar de asistir a las diferentes comunidades a realizar la jornada de vacunación contra sarampión, rubéola y paperas, aún hay gente que se niega a inmunizar a sus hijos o incluso a ellos mismos.
“Hay gente renuente que todavía se niega a vacunar a sus hijos, por la mala información que se da en redes sociales, que si se hacen autistas o a largo plazo les da retraso mental”, mencionó la enfermera.
Del mismo modo, señaló que, desde abril, han sido entre un 10% y 15% las personas que no quieren vacunar a sus hijos de 1 a 8 años de edad contra las enfermedades ya mencionadas.
Además, debido a que, antes de la pandemia la población no quería vacunarse, aunado a brotes de sarampión y rubéola que hubo en el vecino Estado de México, se reforzaron las vacunas para personas de 9 a 39 años de edad.
El equipo de aproximadamente 20 servidores públicos de salud pretende llegar a la meta de 10 mil infantes vacunados en los módulos de atención dentro de las clínicas del Seguro Social, además de acudir a distintas comunidades.
Debido a que estuvieron participando en la vacunación contra COVID-19, la semana siguiente retomarán las actividades fuera de la cabecera municipal, acudiendo a Puerto de Palmillas para continuar con su labor.