Artesanos disminuyen expectativas de venta en San Juan del Río

16 de Junio de 2021
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San Juan del Río, 16 Junio 2021.- En los portales del centro histórico de San Juan del Río, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, se ve a decenas de comerciantes que cada día acuden a vender sus artesanías, muchas veces, infructuosamente.

Entre los productos artesanales que se pueden encontrar hay bordados, dulces típicos y sobre todo, la famosa muñeca Lelé, que en lengua hñähñu (otomí) significa “bebé”.

Esta muñeca tiene su origen en Santiago Mexquititlán, municipio de Amealco, donde los indígenas artesanos no han tenido grandes oportunidades de comercializarla.
Por este motivo, muchos de ellos decidieron emigrar a ciudades que tienen mayor afluencia turística, como es el caso de San Juan del Río, donde hay familias que llevan más de 20 años viviendo de la venta de sus productos.

Son manteles bordados, muñecas y cubrebocas con la imagen de la muñeca más representativa de Querétaro los productos elaborados por estas manos artesanas, cuyos conocimientos de fabricación son transmitidos de generación en generación.

También en San Juan del Río las expectativas de venta han disminuido, debido a la pandemia de COVID-19, pues la demanda de Lelé era baja, siendo por lo menos 3 muñecas diarias las que se vendían antes de la contingencia,
Sin embargo, al día de hoy, en semáforo verde y con el escenario A, los turistas aún no vuelven a pasearse por el centro histórico, lo que ocasiona que tan sólo una o dos muñecas sean vendidas semanalmente.

“Al principio de la pandemia, lo que más se vendían eran los cubrebocas, entre 5 y 7 diarios, pero ahorita ya solo se venden uno o dos”, declara una de las vendedoras de este centro histórico, originaria de Santiago Mexquititlán.

Los productos que no se venden son las servilletas bordadas, pero a veces se tienen encargos muy pequeños para fiestas y aún así, sin grandes posibilidades de salida, siguen siendo fabricadas por lo menos dos días.
Aunque estos productos no tengan gran adquisición, los artesanos y comerciantes aún tienen la esperanza de que pronto los turistas regresen para incrementar su economía familiar, pues ahora lo que más venden son dulces, chocolates, chicles o frituras, dejando a un lado la imagen artesanal.

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