En primera instancia, la legisladora federal de Morena, Beatriz Robles Gutiérrez, defendió que dicha propuesta permitirá el autoabasto de energías, y no depender de otros países para el suministro; al ser un tema de seguridad nacional.
Acusó que con la Reforma Energética del expresidente Enrique Peña Nieto, se abrió el mercado a otras empresas, otorgándose privilegios para quienes producían energías renovables; por lo que se afectó a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). No obstante, aseguró que el gobierno de México no está en contra de las energías renovables.
“Cambiar el que se hiciera ese orden para subir la energía a la red, y se vuelve a poner en primer lugar las hidroeléctricas de la CFE, que también es energía limpia; y después las energías renovables, las cuales son intermitentes y no tenemos en México la capacidad todavía de capturarlas y de poderlas surtir en cualquier hora del día, sin ocupar la capacidad de la CFE”, argumentó.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la LIX Legislatura local, Jorge Herrera Martínez, afirmó que “es un retroceso muy grande para el país”, porque advirtió que la Comisión Federal de Electricidad estaría contaminando aún más, por la quema de combustibles fósiles.
Incluso, con esta aprobación, señaló que se podría poner en riesgo el funcionamiento de infraestructura de energías renovables, como el recién inaugurado Parque Eólico en Huimilpan.
“Esas empresas que generan energía limpia, requieren por fuerza de las líneas de transmisión de la CFE. Si ese parque no puede subir su energía que genere a la red de transmisión y CFE le pague al generador, porque CFE es el único que puede cobrar la energía en su línea, sin duda va a tener problemas, porque va a ser un negocio que no funcione”, indicó.
Finalmente, el presidente estatal del Partido Revolucionario Institucional, Paul Ospital Carrera, calificó esta aprobación como “la mayor estupidez anacrónica” de este gobierno federal. Argumentó que dicha reforma podría ser tumbada por tratados internacionales, que lo único que provocarían es ahuyentar inversiones de energías renovables.
“Lo que va a termina sucediendo, es que estamos violando tratados internacionales, parte del Tratado de Libre Comercio con América del Norte; se violan muchos contratos de empresas que le estaban apostando a las energías renovables. Seguramente en cortes internacionales se vendrá abajo eso, pero cualquier gran empresa mundial no va a volver a voltear a nuestro país”, finalizó.