Teresa Mollá Castells

Once de octubre, día internacional de la niña

12 de Octubre de 2020
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“El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución, la 66/170 que declaraba el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña y, de ese modo, reconocer los derechos propios que les asisten a las mismas y los desafíos únicos a los que se enfrentan en todo el mundo, así como promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus Derechos Humanos”.



Como vemos solo hace apenas diez años que la ONU reconoció los derechos específicos de las niñas y los problemas, también específicos que padecen las mismas.

Este año en el Estado Españolse ha querido hacer hincapié en el acoso que sufren las niñas y adolescentes en las redes sociales. Por lo visto es un tema que, de forma generalizada, sufren nuestras menores de edad en plena era de avances digitales.

Pero este problema, aún siendo grave, no creo que sea el peor de los problemas a los que se enfrentan las niñas del mundo. Voy a poner solo unos ejemplos.

En algunos países sobre todo de África, a las niñas se las sigue mutilando genitalmente y de varias maneras por cuestiones que poco tienen que ver con la salud y mucho con el patriarcado y la cultural tradicionalmente patriarcal en la que viven y se desarrollan. Esta mutilación condicionará el resto de sus vidas y su salud integral y no solo la sexual y reproductiva. Y se las mutila por ser niñas, puesto que a los niños no se les mutila de ese modo.

También en algunos países de las zonas más pobres del planeta, a las niñas se les impide una instrucción adecuada, para destinarlas a proveer de agua a la familia o comunidad, mientras los niños sí van a la escuela. También se ven obligadas a ejercer de cuidadoras de sus hermanas y hermanos más pequeños mientras sus madres y padres trabajan de sol a sol para poder alimentarles. Y es en ellas, en las niñas sobre las que recaen no solo el cuidado de sus hermanas y hermanos menores de edad, también las tareas domésticas que sus madres no pueden realizar.

En algunas zonas del sudeste asiático principalmente, las niñas son vendidas como esclavas sexuales a proxenetas que las explotan noche y día sin tener en cuenta ni su edad, ni su proceso de crecimiento físico e intelectual. Así, mantiene prostíbulos abiertos con estas menores de edad por quienes nadie se preocupa de su bienestar más allá de ser meras materias primas sobre las que construir negocios ilícitos.

También están los matrimonios forzados con niñas que son obligadas a contraer matrimonios concertados entre las familias, con todo lo que ello conlleva para su crecimiento a todos los niveles. O, lo que es lo mismo, el abandono de su condición de niña, para convertirse en esposa, con todo lo que ello conlleva.

Tampoco nos podemos olvidar de los abortos selectivos al conocer que la mujer estaba embarazada de una niña, por considerarlas de mucho menor valor que los niños y por tanto se practican esos abortos selectivos que han impedido a centenares de miles de niñas, incluso llegar a nacer.

Y después están las niñas robadas o secuestradas por bárbaros que las utilizan como bombas humanas sin que les importe nada ni su vida ni absolutamente nada de ellas.

De nuevo, la ONU llega tarde cuando de la vida de las mujeres y las niñas se trata. De nuevo, sin apenas llegar a los diez años, sigue habiendo mucha gente que desconoce la conmemoración de este Día Internacional y eso impide poder llevar a cabo campañas de sensibilización para la protección de los derechos específicos de las niñas y del reconocimiento de los problemas específicos a los que se enfrentan.

En el Estado Español desconozco los datos, pero creo que no existen políticas específicas para las niñas y, aparte del Alto Comisionado para la lucha contra la Pobreza Infantil, no he encontrado ningún organismo público que se ocupe de las niñas específicamente. Aunque en este Ministerio, con tanta diversidad y tantas gaitas, no me extraña nada y tampoco me extrañaría nada que, de nombrar a alguna persona responsable, lo fuera de “les niñes”, engullendo de ese modo los derechos específicos de las niñas por ser niñas. Así y de paso, las borraban del todo del mapa de reivindicaciones feministas que es lo que andan buscando. En fin…Y luego se atreven a llamarse “Ministerio de feministas” …vivir para ver.

Como hemos visto, este Día Internacional de la Niña sigue siendo poco conocido y, por tanto, su reivindicación dentro de las políticas transversales de la infancia en su conjunto tiene muy poco peso específico y, por eso, su impacto en la vida de las niñas sigue siendo deficitario a todas luces.

No podemos educar a quienes ya forman parte de algo más de la mitad de la población en el analfabetismo de sus propios derechos específicos. Las niñas tienen esos derechos y se los hemos de garantizar. Y lo hemos de hacer con todas las niñas del mundo, más allá del lugar de su nacimiento, cuando acaben por nacer.

Sin ese compromiso seguiremos construyendo unas sociedades marcadas por la uniformidad patriarcal y negando derechos a la mitad de la población infantil que serán las ciudadanas del futuro. Y eso me parece a todas luces injusto.

Pongámonos a trabajar por el futuro de esas niñas desde su presente con sus derechos intactos para construir futuras ciudadanas libres y empoderadas.

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