México, julio (SEMlac).- En cinco meses de 2020 creció en 11 por ciento la muerte materna en México, cuando ya alarmó hace un año su aumento en tres por ciento.
Durante la crisis sanitaria, al menos 67 embarazadas adquirieron covid-19 y murieron por la enfermedad o sospecha de esta; se suman en "forma inusual" 20 embarazadas por complicaciones "atribuidas al sistema respiratorio".
Lo grave es que la poca atención a la salud materna es un factor de desigualdad y debilita el desarrollo económico.
La salud materna es sinónimo de desarrollo, sostiene David Meléndez Navarro, secretario técnico del Comité Promotor para una Maternidad Segura CPMS, luego de afirmar que hasta 2018 se había logrado reducir las cifras de muerte materna, disparadas tres por ciento desde 2019.
Ahora 11 por ciento es un dato fundamental, que habla de que la reducción de presupuestos en salud "pega a las más pobres" y profundiza la desigualdad, lo que se creía iba a combatir la presente administración.
Las muertes maternas durante la pandemia se concentraron en cinco entidades del país: Estado de México, Chiapas, Jalisco, Ciudad de México y Puebla, donde sucedieron 47,7 por ciento de las muertes maternas.
El 11 por ciento significa un aumento en 2020, cada mes, de 40 muertes de mujeres por razones relacionadas con su salud reproductiva, antes y después del parto, según información oficial de la Dirección Epidemiológica y el seguimiento semanal de los casos de muerte materna.
En entrevista, Meléndez Navarro dijo que el crecimiento en muertes maternas, agudizado en los meses de la pandemia de covid-19, se debe a la reducción de áreas obstétricas en los hospitales y la falta de personal, lo que en algunos casos redujo el servicio hasta 50 por ciento.
Hubo casos de desaparición de los servicios de salud reproductiva y sexual y, al mismo tiempo, una escasa aplicación de la estrategia anunciada el 7 de abril, que declaró prioritarios los servicios de salud sexual y reproductiva.
Para Guadalupe Hernández, presidenta de la Asociación de Parteras Profesionales a la Vanguardia, la situación se explica por la reducción de servicios, especialmente en la zona suroeste de la ciudad de México, Iztapalapa y Tláhuac, que dejó a las parturientas en la calle.
Narró que aumentó la demanda de atención en casa y que hubo otras mujeres que decidieron no ir a los hospitales, por miedo al contagio. Pero detalló que la partería no fue aprovechada por las autoridades.
La dirigente de parteras afirmó que los lineamientos prioritarios no se cumplieron por falta de voluntad política e invisibilidad de las mujeres. Explicó que las parturientas tienen que ir y venir por hospitales, sin obtener el servicio; aclaró que no es nuevo, que tiene muchos años, solo que ahora se agudizó.
Se confirmó que, en la ciudad de México, el Hospital de Especialidades Belisario Domínguez, ubicado en Tláhuac, una de las zonas más densamente pobladas, donde se atendían 4.000 partos al año, se convirtió en un hospital covid-19 y dejó de atender a las mujeres.
Epidemiología reportó 51 decesos por covid-19. Por complicaciones ocurridas por enfermedad del sistema respiratorio agudo, 20 decesos, y 18 sospechosos de la enfermedad. Por eso, al sumarlos con cierto sentido común dan 87.
El Secretario Técnico del Comité explicó que la experiencia y los datos señalan que la primera causa de muerte materna ha sido la preclamsia -alteraciones en la tensión arterial- y como segunda causa, la hemorragia; ahora aparece la covid-19 en tercer lugar.
Para David Meléndez Navarro, las muertes no definidas como covid-19, pero respiratorias, tienen relación "sin duda" y advirtió que, generalmente, la influenza influye entre las mujeres más pobres y vulnerables en salud, un desafío por venir.
El CPMS está formado por 60 organizaciones civiles, funcionarios gubernamentales y representantes de organismos internacionales. En abril entregó a las autoridades de Salud todos los antecedentes y un paquete de propuestas para evitar que las mujeres murieran.
En abril el Comité Promotor por una Maternidad Segura hizo consultas en países y especialistas, donde ya viven la fase tres de la pandemia de covid-19, por lo que saben que se está dando prioridad al personal médico en riesgo, en tanto que los hospitales de salud sexual y reproductiva, las maternidades, han quedado sin personal.
Ofrecimiento que no se cumplió
El 7 de abril de 2020 la Secretaría de Salud dio a conocer en comunicado oficial que ordenaba al sistema de salud que todos los servicios de salud sexual y reproductiva fueran prioridad y estuvieran garantizados.
Igualmente, llamó a los tres niveles de gobierno a recibir en sus hospitales a las mujeres embarazadas, seguir dotando a quien lo necesite de la anticoncepción de emergencia y adelantar dotaciones de anticonceptivos para los próximos tres meses.
Según Guadalupe Hernández y el secretario técnico del CPMS, eso se cumplió parcialmente. David Meléndez destacó que no se cumplió en ninguna parte del país, pero destacó que sí están trabajando y mantuvieron bajos sus niveles de mortalidad materna, en los gobiernos de Guerrero y Michoacán.
En abril las autoridades informaron que, durante toda la crisis sanitaria, habría acceso a la atención de la salud materna y neonatal de cara al panorama epidemiológico relacionado con la morbilidad y mortalidad materna, y señalaron que se "considera prioritaria la atención prenatal, la vacunación contra influenza, la prueba rápida de detección para VIH y sífilis, así como la detección oportuna de complicaciones y comorbilidades".
El acuerdo se dio a conocer luego de que el Comité Promotor para una Maternidad Segura (CPMS) envió a esa dependencia la advertencia de que descuidar a las mujeres embarazadas, o con procesos ginecológicos complicados, podría resultar en muertes maternas. Entonces el comité aplaudió la decisión.
México: Salvar a las mujeres de la muerte materna
06
de Julio
de
2020
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