Ana María, dice que desde hace años, junto con su esposo, se ha dedicado a vender productos, sobre todo elaborados en casa, para poder hacerse de ingresos y poder pagar la educación de hijo.
“Tiene muchos años que nos dedicamos al cambaceo, mi esposo y yo salimos diariamente ha vender nuestros productos y gracias a Dios la gente nos sigue aceptando, a pesar de la contingencia”, comenta.
Ahora, ella va acompañada de Jorge, que sonriente y muy gustoso, ofrece pastelitos a la gente en la calle y visita algunos establecimientos mientras su madre lo espera afuera, para cumplir con los protocolos de sanidad.
“La gente ya nos conoce, sí vendemos, nos está yendo bien gracias a Dios, no podemos quejarnos, pero diario tenemos que salir a vender”, subrayó Ana María.
Así como esta familia, muchas otras de San Juan del Río se ganan la vida diariamente, para poder llevar dinero a su casa y subsistir, ahora ante una crisis que cada día se agrava ante la pandemia mundial del COVID_19.