El encuentro organizado por la Federación Mexicana de Palma de Aceite (FEMEXPALMA) y la Roundtable Sustainable Palm Oil (RSPO) también alberga la VIII Conferencia Latinoamericana RSPO.
Durante tres días del 3 al 5 de marzo de 2020, se pondrá en el centro del debate las políticas sustentables de cultivos de aceite de palma como herramienta de posicionamiento para México. NotiPress tuvo acceso exclusivo al encuentro del sector palmicultor.
En el Centro Internacional de Convenciones y Exposiciones Campeche XXI, el 3 de marzo de 2020 se realizaron talleres dirigidos a los actores del sector de producción de aceite de palma.
Durante el taller impartido por Daniel Arancibita de Proforest y Marisol Zumbado de BioTerra, se dio a conocer la importancia de las herramientas disponibles de altos valores de conservación (AVC o HCV por sus siglas en inglés) y altas reservas de carbono.
Asimismo, los criterios de la RSPO sobre cultivos y procesos sostenibles y cómo la certificación a empresas o grupos de pequeños productores benefician el ecosistema.
Palm Trace y la cadena de sumisnistro fue otro taller sobre los estándares de suministro de la RSPO a cargo de Laura González y Paula den Hartog de Rainforest Alliance.
Participó Lilian García de RSPO Europa. Se destacó el uso de la plataforma digital como principal herramienta para dar trazabilidad a los suministros y asegurar la cadena de custodia de los productos y materiales certificados por RSPO.
México tiene cuatro estados productores de palma de aceite con un cultivo de 101 mil hectáreas. Lo conforman Veracruz, Tabasco, Campeche y Chiapas.
Según datos de FEMEXPALMA, el 95% de la producción la realizan pequeños productores. Esto genera 25 mil empleos directos en la agroindustria.
Sin embargo, el 70% del aceite de palma es importado, ya que el país produce tiene capacidad para producir solo el 30%.
El II Congreso Palmero Mexicano dirigido a empresarios palmicultores realizado en Campeche, México, tiene como premisa en 2020 el debate para establecer altos estándares del sector privado a fin de acercar a productores mexicanos a la meta de certificar los distintos procesos productivos del aceite de palma.
Mediante acciones concretas como una adecuada planeación y un enfoque de responsabilidad ambiental y social, México podría posicionarse en la producción de aceite de palma sustentable.