La artesana integrante de la Casa de Madera, María Isabel Pascual García describió que Dontxu tiene más de 130 años de existencia, y ha pasado de generación en generación con el objetivo de recordar la fuerza, el conocimiento y el poder que tiene la mujer.
“La muñeca acompaña desde que nace una niña, todo su crecimiento. Cuando la niña tiene su ropita, a la muñeca se le viste igual. Cuando ella tiene 13 años, a la muñequita se le pone a su bebé, que significaba que ya tenía que prepararse para tener descendencia”, explicó.
Dicha herencia tenía una responsabilidad o misión, refirió Pascual García, al refrendar que la mujer debía transmitir el conocimiento de la medicina antigua, el pan, el bordado o la danza, según la habilidad de la mujer.
El significado que tabién resalta de la muñeca Dontxu es que siempre estará de pie, lo que representa la postura que se debe tener ante la vida; a pesar de los obstáculos y los problemas, la mujer siempre deberá permanecer estoica.
Uno de los principales obstáculos con los que se encuentran en el proceso de comercialización es el ‘regateo’ que locales y extranjeros realizan para adquirir una muñeca, pues se les obliga a descontar hasta un 50 por ciento al precio, que oscila entre los 350 pesos hasta los dos mil pesos, dependiendo del material y tamaño.
“El reto es el pago justo que incluye un costo social, que las sociedad pone cuando una mamá está dedicándole tiempo a esto y que no lo ve el consumidor. El valor cultural que tiene el significado de las marcas o bordados que dejaron nuestros antepasados”, manifestó.
Comentó que también, debido a los juguetes y las figuras como Barbie en las nuevas generaciones, ponen en peligro la continuidad de esta tradición.
La artesana amealcense describió que cada elemento de la muñeca es hecho por una mujer diferente, llegando a producir hasta 100 muñecas a la semana y la participación de hasta ocho personas en su elaboración.
Hizo un llamado a los visitantes y turistas de nuestro estado para que se valore el trabajo de estas artesanías, y el rescatar los valores que se buscan transmitir, principalmente a la mujer queretana.