En entrevista con Notimex, la llamada "Reina de la Radio" hace un recuento de lo que ha pasado en el programa a lo largo de tres décadas. Recuerda, por ejemplo, que en los primeros años como conductora de la emisión “me la pasaba vetada en Televisa porque criticaba las telenovelas”.
Woodside considera que el periodismo de espectáculos ha cambiado mucho de cuando arrancó su programa, uno de los más longevos de la radio. “Antes no nos dejaban hablar mal ni siquiera de los vestidos de las artistas. Ahora se puede hablar de todo: si son gays, si ya salieron del clóset; quién anda con quién. En otras épocas no se podía”.
Pionera del periodismo de espectáculos en México, Maxine conduce Todo para la mujer desde 1989. Platica que llegó al programa como productora, pero un día faltaron los conductores y tomó el micrófono como emergente. Así ha cumplido 30 años al frente de la emisión, que se ha mantenido en la misma estación, Radio Fórmula, y horario todo el tiempo.
“Después de tanto tiempo no he perdido el gusto por hacer el programa. Todas las mañanas me levanto feliz a hacer mi programa de radio. Soy muy afortunada de hacer lo que me gusta y además vivir de eso”.
Antes de consolidarse como una de las periodistas más respetadas en su ámbito, Woodside fue reportera en el noticiario Día a Día, que conducían Nacho Carpinteiro, Juan Ruiz Healy y Ricardo Rocha, antes de que se convirtiera en 24 horas. Trabajó como reportera para Televisa durante 18 años, pero se alejó de la televisora por una lesión.
Para Maxime, el periodismo de espectáculos dio un vuelco inesperado con la llegada de internet y las redes sociales. “Se acabaron las exclusivas. Hoy los propios artistas dan las notas a través de sus redes. Lo que antes era un acontecimiento, ahora es muy común. A muchos nos ha costado trabajo lidiar con las redes, pero nos hemos adaptado al juego”.
A la pregunta de cuáles son las directrices de su estilo, la periodista asevera que fundamentalmente se basa en el respeto al público, “pero también en el respeto al trabajo periodístico, a la crítica, a la información. Esto desde luego, trae consecuencias.
“Me han demandado tres veces. Todas las hemos sorteado satisfactoriamente, sobre todo porque han sido tonterías sin fundamento. Son gajes del oficio, muy molestos porque hay que responder, hay que recurrir a abogados. Es caro y tedioso".
Refiere la demanda que le puso Lucía Méndez, quien era estrella de Televisa, y que se fue a los juzgados porque criticaron un vestido que usó en una telenovela. Otra fue el ya fallecido Silvio García Patto, exmarido de la actriz Olivia Collins, quien argumentaba que le habían dicho patán en el programa. Todas las ha ganado en tribunales.
“Y es que la línea entre la vida privada y la pública es muy delgada. En el caso del periodismo de espectáculos, muchas veces son los propios protagonistas quienes abren la puerta de su vida privada y luego se enojan porque uno los menciona. Ellos deberían estar acostumbrados a esta relación amor-odio con los periodistas. Nosotros nada más somos los intermediarios entre el público y ellos. Y tenemos que decir lo bueno y lo malo”.
Maxine reconoce que su programa radiofónico ha sido también escuela de periodismo. De ahí ha salido gente como Fabián Lavalle o Juan José Origel. La conductora reconoce especialmente a Ana María Alvarado, quien llegó “recién salida de la escuela y ha estado conmigo 28 años. Ya es parte de mi familia”.
En cuanto a sus planes futuros, a lo que le falta hacer en lo profesional, señala que no hace planes a futuro. “Como los alcohólicos, solo por hoy. Mientras le siga gustando al público, yo seguiré haciendo el programa. Desde la muerte de mi hermano Garret, quien falleció en un accidente automovilístico, no me planteo lo que sigue”.