Ejidatarios de Cuatro Ciénegas insisten en que les devuelvan sus tierras

27 de Septiembre de 2019
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Cuatro Ciénegas, Coah., 23 Sep (Notimex).- Los ejidatarios de Tanque Nuevo, en el municipio de Cuatro Ciénegas, Coahuila, pidieron al gobierno federal que intervenga para que les devuelvan las tierras que, aseguraron, una empresa lechera les arrebató ilegalmente.

Enrique González Castruita, comisariado ejidal y representante legal de Tanque Nuevo, relató que en 2002 vendieron a Beta Santa Mónica 325 hectáreas de sus parcelas, pero la empresa lechera se apoderó de cinco mil 265 hectáreas, es decir, de 4 mil 940 más de las que pagó.

Tras la compra de las tierras, la compañía se instaló en el ejido que forma parte del Valle del Hundido y poco a poco se fue adueñando de más y más hasta que en 2014 su propiedad superó las cinco mil hectáreas, las cuales emplea para la siembra de alfalfa.

No conformes, se apropió también del agua sin que la comunidad les cediera las concesiones para el aprovechamiento del recurso. La empresa lechera únicamente pagó por un pozo, pero no por el uso del agua y además construyó otros 14 pozos, detalló González Castruita.

El Valle del Hundido cuenta con 22 millones de metros cúbicos de agua para explotar anualmente, pero Beta Santa Mónica aprovecha 50 millones, sostuvo el comisariado ejidal. Esta situación, dijo, repercute en la desecación del humedal del Valle de Cuatro Ciénegas.

Se sabe que la alfalfa es un forraje incompatible con las zonas desérticas, dada la gran cantidad de agua que demanda. De acuerdo con investigaciones de organismos que trabajan en el rescate del acuífero de Cuatro Ciénegas, la cosecha de un solo kilo de alfalfa requiere mil 500 litros de agua.

De 2006 a la fecha, los ejidatarios despojados, que son 65 de un total de 73 que hay en Tanque Nuevo, han interpuesto demandas ante la Procuraduría, el Registro y el Tribunal Agrario, sin resolución favorable ya que estas autoridades “se prestan a todas estas mañas que hay”, acusó González Castruita.

Y refirió que actualmente el caso se encuentra en el Juzgado Séptimo de Torreón, mas el litigio no ha sido sencillo pues los empresarios lecheros habrían falsificado actas de asambleas y engañado a las autoridades ejidales para que les firmaran un poder donde les ceden los derechos sobre el agua sin pagarles nada por ello.

El caso es más complejo aún porque varios de los empleados de Beta Santa Mónica, productora de leche Bell, con quienes los ejidatarios de Tanque Nuevo negociaron la venta de 325 hectáreas hace 17 años y cuyos nombres aparecen en la demanda, ya no laboran en la empresa.

González Castruita se quejó del desamparo en que los han dejado las autoridades municipales y narró que en 13 años de litigio han hecho plantones y acudido a diversas instancias en Torreón, Monterrey, Saltillo y la Ciudad de México solventando de su bolsa los gastos de estas gestiones.

Ahora sólo les queda esperar el fallo del juzgado en Torreón, además de recurrir al gobierno de la República. “Lo que nosotros estamos pidiendo al gobierno federal, que es el único que nos queda, o a los diputados y senadores, es que le regresen a Tanque Nuevo lo que le pertenece”, sostuvo.

El comisario del ejido Tanque Nuevo habitado por unas 300 personas denunció que en enero pasado recibió una llamada intimidatoria para que desista de su demanda. “Me dijeron que ya le parara a esto, sino me iban a levantar”. Así, manifestó sentirse temeroso de que lo agredan o a su familia.

Sin embargo, dijo que no cederán porque de ello depende que recuperen el patrimonio de sus hijos y porque “si se acaba el agua en el Valle del Hundido, los empresarios lecheros se van porque tienen dinero, pero nosotros aquí nos vamos a quedar y qué vamos a hacer”.

González Castruita contó que en 2002 inició la historia de despojo, cuando los empresarios Gustavo Díaz de León y José Antonio Muñoz Vázquez organizaron una reunión con los ejidatarios de Tanque Nuevo en la que les propusieron comprarles sus tierras a dos mil pesos la hectárea

“Nos bajaron el cielo y las estrellas”, señaló el comisario ejidal respecto de aquel encuentro donde los empresarios lecheros también les habrían dicho que podrían asociarse con algunas hectáreas, que les darían empleo, que les llevarían unas vacas para que tomaran leche… todas promesas incumplidas: “Ya nada más ellos se apoderaron de lo que querían hacer y se olvidaron de la gente”, comentó.

Notimex solicitó entrevista a Beta Santa Mónica, pero no obtuvo respuesta.