Ambas pugilistas acudieron a su cita con la báscula y no tuvieron problemas, la campeona mexicana en condiciones de realizar su primera defensa titular y la nipona, monarca interina, a hacer válida su localía.
“Monse” fue la primera en subir a la romana y registró un peso de 45.500 kilogramos, mientras que la japonesa marcó 46.000, ambas por debajo del límite de la división, que es de 46.200 kilos.
Previo al pesaje se realizó la última conferencia de prensa en la que ambas pugilistas se declararon listas para intercambiar golpes en el Korakuen Hall de Tokio, la mexicana con la confianza de salir con el brazo en alto y volver a casa con el cetro.
“Voy a hacer una pelea muy inteligente, no pienso ensuciar la pelea... trabajé muy duro para este combate y estoy segura de regresar a México con el título en mi poder”, dijo la pugilista originaria de Nezahualcóyotl, Estado de México.
Entrenada por el excampeón mundial José Luis Bueno y el preparador Edu Bueno, la mexicana aseveró que el trabajo realizado se verá reflejado sobre el cuadrilátero, lista para ganar round tras round y quedarse con el triunfo.
Miyao, en tanto, comentó que el título se quedará en su poder, confiada igual que su oponente en la intensa preparación realizada, la de ella con cerca de 250 rounds de sparring incluidos.