Roberto Gavaldón, “el ogro” del cine nacional

07 de Junio de 2019
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México, 7 Jun (Notimex).- “El ogro”, le decían, el director de la precisión técnica pero rigorista, duro y frío en los estudios de grabación: Roberto Gavaldón, quien trascendió a sus críticos hasta ser considerado un pilar de la cinematografía mexicana.

Sus temas fueron tanto urbanos como rurales, como se puede notar en “El rebozo de soledad” o “El socio”; con dramas enfocados al “cine negro” que sus críticos consideraron copia de las películas policíacas filmadas en Hollywood, pero que trascendieron a esa época.

Su arte llega a la cumbre con la película “Macario”, que se exhibió en el Festival de Cannes y fue nominada a un Oscar en 1960. Esta supuso la primera nominación para México por parte de la Academia.

Roberto Gavaldón Leyva nació el 7 de junio de 1909 en Ciudad Juárez. Para 1911 su familia se mudó a Torreón, Coahuila, donde permanecieron 8 años.

En 1926 decide estudiar mecánica dental y viaja a Los Ángeles, ciudad en la que tuvo su primer acercamiento con el cine y se emplea como extra en diversos estudios cinematográficos.

En 1932, ya en México, comienza a relacionarse con personas involucradas en el cine sonoro y participa como extra en algunos filmes. Asimismo, fue utilero, anotador, guionista y asistente de dirección en más de 50 proyectos.

Su debut como director fue en 1944 con “La barraca”, cinta que obtuvo 10 premios Ariel, incluidos Mejor Película y Mejor Dirección.

Su ópera prima está basada en la novela homónima de Vicente Blasco Ibáñez y cuenta el periplo de una familia nómada que se instala en una barraca valenciana abandonada.

En 1946, en colaboración con José Revueltas, estrenó “La otra”, que también obtuvo el Ariel, en esta ocasión por Mejor Guión Adaptado.

Un año después llegó “La diosa arrodillada”, coescrita con Revueltas, y considerada uno de los primeros filmes de erotismo. María Félix fue la protagonista.

Fue considerada una cinta demasiado provocativa, los protagonistas se besaron en varias ocasiones frente a la cámara (en un contexto erótico) y recibió fuertes críticas.

En 1955 presentó “La escondida”, protagonizada por las estrellas de la Época de Oro del Cine Mexicano: María Félix, Pedro Armendáriz, Andrés y Domingo Soler, Carlos Agostí, Jorge Martínez de Hoyos, Arturo Martínez y Cuco Sánchez.

En su filmografía destaca el corto documental “Terminal del Valle de México” (1956) y más de 40 películas, entre ellas, “Cuando tejen las arañas”, “Doña Macabra”, “La noche avanza”, “Sombra verde”, “La vida inútil de Pito Pérez” y “El niño y la niebla”, que le valió un nuevo Ariel a Dolores del Río.

“Rosauro Castro”, “En la palma de tu mano”, “Rosa blanca”, “Días de otoño”, “Don Quijote cabalga de nuevo”, “El gallo de oro” y “Las cenizas del diputado”, también forman parte de su acervo fílmico.

A finales de los años 50, Gavaldón incursionó como diputado e impulsó cambios a la Ley Federal de Cinematografía.

Murió el 4 de septiembre de 1986 en su vieja casona, ubicada en la calle de Ribera de San Cosme, en la colonia San Rafael.

Días después de su fallecimiento, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas le otorgó la Medalla Salvador Toscano en reconocimiento a su legado.

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