Mujeres del viacrucis, ejemplo de fortaleza de las iztapalapenses

19 de Abril de 2019
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Nazarenos recorren ocho barrios de Iztapalapa
Nazarenos recorren ocho barrios de Iztapalapa
México, 19 Abr (Notimex).- Alma Darinka, de 22 años, es quien interpreta a María la Virgen en la Representación 176 de la Pasión de Cristo; tiene la mirada fresca pero llena de tristeza, ya siente las lágrimas en sus ojos porque sabe que en pocas horas será la crucifixión de Antonio Reyes, de 23 años, quien este año encarna a Jesús.

Este Jueves Santo concluyó sus actividades poco antes de medianoche, fue a su casa a descansar un poco y despertó antes de las seis de la mañana para caracterizarse como María; ha tenido tres vestuarios, aunque no sabe cuánto se tuvo que invertir en ellos porque fue su familia la que aportó todo con los mexicanos y bien tradicionales padrinazgos.



“Es una bendición, un orgullo, represento a la mujer en todas sus etapas”, explicó al señalar que ser mujer en Iztapalapa es un reto que se vive cada día, se trata de salir adelante.




La ilusión de interpretar a María la tiene desde niña, pero desde hace unos pocos años se decidió a participar; en el caso de las mujeres, dijo, la preparación más que física, es emocional y espiritual, “yo tengo que despedir a mi hijo, tengo que ver cómo es martirizado y crucificado, para eso tengo que estar muy lista”, detalló a Notimex.

“Llega un momento en el que ves al que está de Cristo como la persona que es, te duele verlo sufrir porque le tomas cariño a quienes interpretan a los personajes y duele verlos sufrir, las lágrimas son reales.

“En estos momentos y desde que comenzamos los últimos ensayos la nostalgia ya estaba a todo lo que da, ahora toca dar lo mejor de nosotras y dar nuestro corazón, las personas confiaron en nosotras, tenemos una responsabilidad, no solo con nosotras mismas, sino con el pueblo de Iztapalapa”, expresó.

Wendy tiene 19 años, ella hará de María Magdalena y al igual que Darinka se ha preparado desde el corazón, su trabajo es difícil porque tiene que llorar en todos los momentos. Sin embargo, no le costará trabajo porque basta acordarse de su mejor amiga, víctima de feminicidio, y de su hermana que murió hace siete años, para soltarse a llorar, entonces las lágrimas brotan solitas por sus mejillas.

El papel lo soñó desde niña, ahora llora de la emoción, “dicen que en los recorridos uno deja sus pescados”, y aun cuando considera que no ha sufrido en la vida, le hace bien participar porque necesita soltar el dolor por su mejor amiga y su hermana.

“A mi amiga la mataron, fue un feminicidio, cuando veo a Toño me acuerdo de ella cuando lo veo sangrando de la cara, en la resurrección me acuerdo de mi hermanita que hace siete años falleció, me acuerdo cuando nos la dieron y la tuvimos que enterrar, prometí que tengo que dejarles de llorar”.

Wendy sabe que después de la participar en la Pasión de Cristo le cambiará la vida, ya que “es una representación de tu corazón, con eso te quedas toda tu vida”.



Para prepararse comenzó desde el 15 de enero pasado con dos horas de entrenamiento, además modificó sus hábitos alimenticios y cada sábado corría junto con Darinka en el Cerro de la Estrella.




Ella tuvo cinco vestuarios, en los que invirtió unos 15 mil pesos, todo desde sus bolsillos, de sus papás recibió todo el apoyo pero no quiso que le pagaran nada porque le había prometido al señor de la Cuevita participar en la Representación, así que ella absorbió todos los gastos.

Ser mujer en la Representación y Muerte de Cristo no es cosa fácil; es necesario levantarse muy temprano para encargarse de su vestuario y maquillaje, Jessica y Olga son las damas de Anás, llevan lindos vestidos y mucho peinado, una tiene 18 años y otra 16, pero participan en la representación desde hace unos seis años.

Invirtieron en sus trajes, con todo y peinado y pestañas unos cinco mil pesos, aunque con las ojeras bien visibles expusieron que desde las cinco de la mañanaya estaban muy bañadas y listas para que las fueran a maquillar y a peinar. Sin importar la desmañanada, están contentas porque ya llegó el “mero día”.