Masculinidad hegemónica: salud invisible, paternidad robada

04 de Marzo de 2019
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La Habana, 4 marzo, (SEMlac).- La forma tradicional de ser hombre ha impactado de manera negativa en la salud masculina, reafirman expertos de la sección científica Masculinidades, de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes).

Pese a la articulación de varios estudios desarrollados desde la pasada década de los ochenta en torno a esta área, aún se constatan silencios sobre cómo enferman y mueren los hombres o cómo afrontan las enfermedades y el dolor, advirtió el Doctor en Ciencias Ramón Rivero Pino, investigador del tema.

Rivero intervino en un panel que el pasado 27 de febrero, en la sede de la Asociación Cubana de Naciones Unidas, conmemoró los 10 años de la sección científica Masculinidades y dio seguimiento al primer Consenso sobre salud masculina.

Durante el encuentro se socializaron resultados de investigaciones publicadas en el tercer número de la Revista Cubana de Genética Comunitaria de 2018, bajo la premisa de que "la masculinidad hegemónica es un factor de riesgo heredable que daña la salud".

De acuerdo con Rivero, para comprender esta problemática invisibilizada hay que remitirse a indicadores de masculinidad hegemónica y sus implicaciones para la sociedad, las familias y los hombres en particular.

Entre otros, mencionó la no expresión de sentimientos, la expropiación de la paternidad, la homofobia, la transfobia, la misoginia, la no participación en las tareas domésticas y su marcado rol de proveedor en las familias.



"La deficiente preparación para la vida en familia, pero en particular de los hombres; la insuficiente atención de los servicios de salud a sus problemáticas; su reticencia a acudir al médico, su tendencia a posponer los tratamientos indicados; todo ello tiene que ver con la poca conciencia de los hombres sobre la necesidad de cambio, en especial lo referente a su salud", subrayó Rivero.




En su investigación "Masculinidad hegemónica en pacientes con enfermedades crónicas frecuentes en Cuba", la especialista de Genética clínica Yudelkis Benítez Cordero establece diferencias entre hombres y mujeres frente a enfermedades crónicas no trasmisibles y constata que para ellos tienen gran peso sus aprendizajes sobre "cómo ser hombres".

En un estudio de caso de 31 hombres, la experta encontró que la edad de aparición de diabetes mellitus, enfermedades coronarias, respiratorias crónicas y cáncer, entre otras, estuvo por debajo de los 60 años. Además, identificó que los factores de riesgo guardan relación con indicadores de masculinidad, como son el hábito de fumar, el consumo de alcohol y el poco autocuidado vinculado a una mala dieta, entre otros.

Los patrones de masculinidad hegemónica segregan a los hombres de la paternidad como espacio y vínculo humano generador de placer, de sensaciones positivas, crecimiento y desarrollo, opinó Rivero Pino.

Ello puede influir significativamente, incluso, a la hora de concebir descendencia, según demuestra un estudio de la provincia de Matanzas, a un centenar de kilómetros de La Habana, que exploró los factores de riesgo reproductivo preconcepcional en varones de 300 parejas infértiles.

El consumo de alcohol, no asistir al médico y desconocer el padecimiento de patologías como varicoceles, al momento de entrar al proceso de reproducción asistida, fueron factores de riesgo identificados.

Resultados similares obtuvo una investigación desarrollada en Artemisa, a 106 kilómetros de la capital, en 2017, cuando los defectos congénitos constituyeron la primera causa de mortalidad infantil en menores de un año en este territorio occidental del país.

El estudio evidenció la insuficiente atención del aporte masculino a la concepción del embarazo. "Ello está estrechamente vinculado a ese desplazamiento del rol paterno fruto de una construcción hegemónica de la masculinidad y la paternidad, explicó Yudelmis Álvarez Gavilán, una de las autoras de "Contribución genética paterna en la presencia de defectos congénitos en la descendencia".

Esa indagación incluyó a las 80 parejas con diagnóstico de defectos congénitos en su descendencia, de las cuales solo 54 cumplieron los criterios de inclusión para la investigación; en los restantes no pudo contactarse a los padres.

De los 54 hombres estudiados, 16 mostraron antecedentes genéticos, nueve de ellos con malformaciones congénitas no identificadas hasta el momento de la investigación. La presencia de esos padecimientos en los padres hubiera servido para predecir el riesgo, de ser identificados desde la etapa preconcepcional. Al no ser así, se limitaron las acciones preventivas ofrecidas a la pareja.

"Los padres no participaban en las consultas previas a la gestación, ni tenían percepción del riesgo que implica el consumo de drogas como tabaco y alcohol, lo cual demuestra la importancia de no obviar al hombre en la concepción del embarazo, una etapa que no es solo responsabilidad o causa de cuidado en la mujer, sino en la pareja", destacó Álvarez Gavilán.

Pese a relegarse con frecuencia el papel masculino a un segundo plano, las investigaciones constatan que el rol de los padres es fundamental, porque en ellos también ocurren cambios a nivel cerebral y hormonal durante el periodo de gestación y el postparto de su pareja, subrayó Adonay Martínez Perera, especialista del Centro Nacional de Genética Médica.

Para la especialista, la implicación del padre desde el momento de la concepción es el punto de partida para construir una nueva masculinidad, "donde se rompa con estereotipos que los limitan de vivir con conciencia sus sentimientos y velar por su calidad de vida", dijo.

A juicio de Mayda Álvarez, directora del Centro de Estudios de la Mujer, estas aproximaciones dialogan con los resultados levantados por la Encuesta Nacional de Igualdad de Género (ENIG-2016), que puso de manifiesto brechas en la responsabilidad compartida de hombres y mujeres, tanto en la vida doméstica como familiar y en relación con los hijos.

La encuesta evidenció que 59,3 por ciento de la población entrevistada está "de acuerdo" o "de acuerdo en parte" con que los bebés necesitan más cercanía de la mamá que del papá. Asimismo, cuando se trata de dar cuidado a un niño(a), 51 por ciento de la población considera que un hombre no puede darle el mismo cuidado que una mujer.

Aunque persiste este estereotipo, 40 por ciento mantiene la opinión positiva de que el padre es importante en esta etapa de la vida. ([email protected])

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