El nuevo estudio, de los investigadores Tim Caro y Martin How, señala que tanto las cebras como los caballos presentan la misma velocidad de circulación de las moscas, esto es que las rayas no disuaden a los insectos a distancia.
“Sin embargo, una vez que se acercan a las cebras, tienden a pasar por alto o chocar contra ellas. Esto indica que las rayas pueden interrumpir las habilidades de las moscas para tener un aterrizaje controlado”, señaló Tim Caro, de la Universidad de California en Davis.
Para el desarrollo del estudio los científicos vistieron a caballos y cebras con abrigos de rayas negras, blancas y luego en blanco y negro.
Los resultados arrojaron que en comparación con las tasas donde las moscas aterrizaron en los abrigos blancos y negros, casi ningún insecto lo hizo en los recubrimientos rayados.
“Las rayas pueden deslumbrar a las moscas de alguna manera una vez que están lo suficientemente cerca para verlas con sus ojos de baja resolución”, dijo el investigador de la Universidad de Bristol, Martin How.
El estudio también reveló que las cebras tuvieron un comportamiento preventivo ante la presencia del insecto, como huir y agitar la cola a un ritmo mayor que los caballos.
Las moscas que aterrizaron con éxito en cebras pasaron menos tiempo allí en relación con las que llegaron a los caballos, y pocos se quedaron el tiempo suficiente para picarlos.
La investigación, de acuerdo con la Universidad de Bristol, proporciona una nueva evidencia de la teoría de que las cebras evolucionaron con abrigos de rayas dicromáticas para evadir las moscas que pican y tiene implicaciones considerables en la industria del caballo.