El barrendero, poco valorado en urbes generadoras de toneladas de basura

07 de Febrero de 2019
Guardar
el-barrendero-poco-valorado-en-urbes-generadoras-de-toneladas-de-basura.jpg
el-barrendero-poco-valorado-en-urbes-generadoras-de-toneladas-de-basura.jpg
México, 7 Feb (Notimex).- Ataviado con faja sobrepuesta a su uniforme y gorra naranja que le distinguen como trabajador de limpia, Joel inicia su jornada desde las 03:00 horas, momento en que parte desde Cuautepec para recoger la basura de los habitantes de calles de la colonia Vallejo, en la alcaldía Gustavo A. Madero de esta capital.

Con el desenfado que le distingue, Joel Jiles Almaraz desempeña esta labor desde hace 20 años como personal voluntario, pues no cuenta con sueldo fijo y depende de la propina otorgada por los vecinos por llevarse su basura; la recolecta y separa entre orgánica e inorgánica. El material como botellas de plástico o cartón lo vende para sumarlo a las propinas que recibe.



“A la gente se le hace más fácil ir con el camión, verter el contenido y echar lo mínimo, solo un peso. Es rara la persona que nos da una gratificación más alta”, argumenta el hombre de 35 años, quien desde los 15 años trabaja recolectando y separando basura, que lo mismo tiene experiencia en camión de reciclaje como en barrido en zonas aledañas a Cuautepec y Aragón, en en norte de la capital del país.




Pese a que dos camiones de basura recorren la demarcación durante el día, incluso después de las 19:00 horas, muchos vecinos prefieren darle su basura a Joel, quien se ha convertido en parte del paisaje matinal en calles de la colonia Vallejo.

Sin dejar su tono afable, comprende cuando no le pueden dar más dinero por su trabajo, el cual le gusta; “a la gente la entiendes porque yo también en ocasiones no tengo dinero, pero prefiero esa situación a que hagan eso”, dice mientras señala una bolsa de basura tirada en la esquina de la calle Bizet.

Datos del gobierno de la Ciudad de México revelan que a diario se generan 12 mil 843 toneladas de residuos, equivalentes en promedio a 1.5 kilos por persona.

A decir del recolector de basura, los habitantes de las calles referidas han hecho caso omiso de la Norma Ambiental de Separación de Residuos, implementada en la Ciudad de México desde julio de 2017, toda vez que si quieren, separan los desperdicios y si no, simplemente tiran la bolsa sin separar en las calles, con los desperdicios revueltos.

En seguida se pregunta dónde irían todos los desperdicios que él mismo no puede identificar. Y es que mientras barre la calle Bizet, Joel descubre el contenido de un frasco grande al parecer de café con un pequeño orificio por el cual pasa el mínimo de oxígeno: una tarántula moribunda intentando respirar.

Pero para este trabajador no es nuevo encontrar raros y desagradables desechos. Recuerda que en la esquina de Bizet y avenida Cien Metros halló una bolsa negra con un olor fétido y al abrirla encontró una cabeza de cerdo, unas gallinas vivas sin patas y ropa interior de mujer. Sin reparar, se le hizo fácil echarla al camión y al día siguiente, cuenta con una sonrisa, el microbús que lo transportaba se quedó sin frenos.

Otro hallazgo ocurrió en la esquina de Paganini, donde dejaron un tambo de 1.50 metros, pero por el tamaño, decidió llamar a autoridades como Protección Civil y el Ministerio Público, pues a simple viste presentaba mucha sangre en el exterior. Se trataba de un perro de raza grande sin cabeza.

De acuerdo con Joel, la periferia de la colonia Vallejo es proclive para este tipo de descubrimientos: gallinas, patos, cerdos, guajolotes y cabras muertas son muy frecuentes en las calles Borodini y Paganini, donde en una semana se pueden contar varios gallos muertos tirados en las esquinas. Hasta un recinto religioso sirvió para abandonar los cuerpos de unas cabras, caso por el que las monjas tuvieron que dar parte a las autoridades.

Una vez separado el material para reciclar, el resto se deposita en los camiones que se lo llevan a una bodega de la zona. Como trabaja por volumen su transporte, conformado por dos tambos retacados de bolsas, debe pagar aproximadamente 80 o 90 pesos para que se los lleven.



“Los que manejan los camiones son los que más ganan. Si no cubres la cuota, te aceptan el volumen, pero al otro día ya no pasan por él, todo tiene un interés y los camioneros son los que tienen más prestaciones y el resto de desechos se lleva a una bodega de la alcaldía Gustavo A. Madero”, refiere.




Como trabajador voluntario, Joel debe apoyar cuando se trate de fechas especiales en la zona, donde se ubica la Basílica de Guadalupe, como el arribo de peregrinos o el Día de las Madres, eventos en los que se deja mucha basura.

Desde la bodega solicitan su apoyo para limpiar las calles, como el Día de los Reyes Magos, donde juntan toda la basura del fin de semana, con una buena parte de cartón, del que puede sacar provecho al venderlo como material reciclable.

Terminada la faena de recolectar la basura de los vecinos de la demarcación, Joel dedica su tiempo libre para jugar futbol entre vecinos de avenida Cien Metros, Ferrocarril Hidalgo, Miguel Alemán y Lindavista, que organizan sus juegos los domingos.

Es en esa camaradería Joel acepta también todas las bolsas de basura; él se encargará de separarla para después sacar sus ganancias entre la ayuda de los vecinos y la venta de material reciclado como plástico, cartón y papel, incluso ropa vieja que pueda quedarle.

El amable trabajador de limpia agradece, sobre todo, la interacción con los vecinos de estas calles, entre quienes distingue en su mayoría personas buenas, de quienes en el mejor de los casos siempre obtiene un buen consejo o incluso invitaciones para fiestas familiares.

La semana laboral, que es de lunes a sábado, es pesada por el trabajo mismo y por los traslados desde casa, sobre todo por el tráfico entre Cuautepec y la colonia Vallejo, pero en domingo, cuando puede descansar, practica en una liga de futbol local su deporte favorito.

Ello le permite convivir y estrechar lazos de amistad con personas incluso de otros países, como un compañero marroquí, a quien siempre presume tanto sus dotes en el balompié como la enorme Ciudad de México, la cual no sería la misma sin su labor que muchas veces no es valorada.

Archivado en