Identifican la región cerebral involucrada con actitudes de alto riesgo

26 de Septiembre de 2018
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Washington, 26 Sep (Notimex).- Un equipo de neurocientíficos descubrieron que la corteza cerebral frontal media está relacionada con el comportamiento de alto riesgo de una persona, un hallazgo que podría ayudar a mejorar los tratamientos contra conductas humanas destructivas y arriesgadas.

Los humanos y otros animales necesitan tomar decisiones bajo diversos grados de incertidumbre y sus determinaciones están fuertemente influenciadas por la preferencia de riesgo de un individuo. Sin embargo, el circuito neuronal por el cual la preferencia de riesgo determina la elección aún no está claro.

Investigadores estadunidenses llevaron a cabo un estudio con dos macacos rhesus, a los que entrenaron para jugar contra una computadora con el fin de obtener tragos de agua y resulta que ambos eran, naturalmente, grandes tomadores de riesgos.



“La gente piensa que la actitud de riesgo es siempre la misma para los individuos, pero descubrimos que esto no es cierto, una persona puede ser reacia al riesgo para algunas cosas, pero propensa a arriesgarse en otras”, afirma el doctor Veit Stuphorn, del Instituto Mente/Cerebro de la Universidad Johns Hopkins.




Stuphorn y su colega, doctor Xiamomo Chen, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford pusieron a los monos a jugar en la computadora y les ofrecieron la oportunidad de elegir entre diversas cantidades de agua.

Los monos mostraron una fuerte búsqueda de riesgo durante el juego, ya siempre prefirieron las apuestas con pagos potencialmente altos, sobre las apuestas mucho más seguras y pequeñas, afirman los investigadores en un artículo publicado en la revista científica Current Biology.

“Cuando se les ofreció la oportunidad de elegir entre 20 por ciento de posibilidades de obtener 10 mililitros (ml) y 80 por ciento de posibilidades de obtener solo tres ml, optaron por la gran apuesta. Incluso cuando ya no tenían sed, los macacos seguían apostando, les gustaba la emoción de una victoria”, dijo el doctor Chen.

Racionalmente, los macacos deberían elegir los tres ml, pero siempre optaron por la opción más arriesgada, “son como las personas a las que les gusta ir a Las Vegas para jugar en las máquinas traga monedas, donde hay una recompensa muy alta pero muy pocas posibilidades de ganarla”, agregó.

Mientras los primates jugaban, los investigadores monitorearon la actividad cerebral de ambos macacos y detectaron que el cambio en la actitud de riesgo ocurre en la corteza prefrontal, “un área de importancia crítica”, afirman los científicos.

Cuando el equipo suprimió temporalmente la región del cerebro conocida como campo ocular suplementario, intercalado entre las áreas responsables de la cognición y el control motor de orden superior, la decisión de alto riesgo casi desapareció, explican.



“De repente, los monos tenían un 30-40 por ciento menos de probabilidades de tomar apuestas arriesgadas”, destacan y afirman que “esto fue realmente inesperado, encontrar una sección del cerebro tan específicamente vinculada a la actitud de riesgo”.




La supresión de esa región no tuvo ningún efecto en otros aspectos de los juegos del macaco, como su comprensión del juego o la forma en que la historia influyó en sus apuestas. Por ejemplo, cuando perdían una ronda, los monos tenían menos probabilidades de hacer grandes apuestas, pero si ganaban sí.

El área clave, campo ocultar suplementario, claramente controlaba solo la atracción de los primates a recompensas grandes e inciertas, encontraron los investigadores.

“Debido a que los primates no humanos y los humanos comparten una estructura cerebral similar, los hallazgos deberían aplicarse a las personas, donde los mecanismos neuronales de riesgo también han sido en gran parte desconocidos”, concluyen.

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