Migrante deambula en frontera tras sufrir quemaduras en campo agrícola

13 de Abril de 2017
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San Luis Río Colorado, Son., 13 Abr (Notimex).- En el tema de migrantes no pueden faltar las experiencias de los connacionales que deambulan en el interior de México, como Julio Castillo, de 57 años de edad, quien sufrió quemaduras en el cuerpo en un campo agrícola.

Entrevistado en el parque Benito Juárez de esta frontera del estado, manifestó ser originario del municipio Bácum, en el sur de Sonora, pero su familia tiene residencia en Ciudad Obregón, en esa misma zona del estado.

Refirió que todos los años viaja entre las diferentes regiones del territorio sonorense, donde busca trabajo en los ranchos agrícolas, principalmente en la cosecha de vegetales, como el cebollín.

Con su mochila característica de los migrantes, de pantalón de mezclilla, camisa azul, comentó que desde hace mes y medio camina descalzo, debido a que no puede ponerse los zapatos por el dolor que le producen las quemaduras sufridas.

“Estaba trabajando, me resbalé y caí en un dren”, explicó, y en esos momentos había fuego en el canal que sirve como drenaje agrícola de las parcelas, porque los agricultores queman la hierba para que no bloquee el cauce de agua.

Expresó que aparte de quemarse con la hierba ardiendo, se le pegaron en las piernas sobre el pantalón unas bolsas de plástico ardiente, por lo que sufrió quemaduras, las cuales también afectaron sus manos y brazos cuando maniobró para quitárselas.
“Me trajeron en carro particular al Hospital General, pero no pudieron atenderme porque dijeron que hacía falta el pase que te dan los agricultores para tener atención médica”, expuso Julio Castillo.

Desde entonces deambula en las inmediaciones del parque Benito Juárez y también acudió a la Casa del Migrante La Divina Providencia, donde recibió ayuda porque no puede trabajar desde hace mes y medio que sufrió el accidente, apuntó.

Manifestó que en las jardineras del parque y en algunos domicilios del Centro Histórico, hay plantas de sábila, las cuales corta para colocarse, en las heridas, la goma que despiden y con eso se ha curado.

También solitario se lava las heridas con agua de las llaves públicas del parque, en espera de poder ponerse los zapatos y regresar a las labores del campo.

Julio comentó que gracias a Dios hay gente que les lleva comida y otras ayudas a los migrantes que se encuentran en el parque Benito Juárez, “ahí como sea nos completamos un taco con la ayuda de la gente”.

Resaltó que hace años inició este peregrinaje en busca de trabajo, “en Ciudad Obregón si hay trabajo pero pagan poco, por eso me vengo al norte donde pagan un poco más. El otro lado no me llama la atención, allá no hay nada”.

Aseguró que con el dinero que gana, antes le mandaba a su esposa e hijos, pero ahora ellos no necesitan porque ya crecieron y trabajan.

Refirió que ahora que anda en este trance, se enteró de que en Ciudad Obregón le ofrecen un trabajo de cuidar una casa, así que ahora que labore reunirá el dinero para el pasaje y regresarse a su tierra.

Así como Julio, cada día arriban a esta frontera de Sonora, cientos de paisanos, quienes cada uno tienen un deambular o una historia que contar.

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